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Reabrió la peluquería del crimen en Recoleta: agenda completa y custodia porque el asesino sigue prófugo

A 23 días del crimen de Germán Medina, reabrió la peluquería de Facundo Verdini ubicada en el barrio porteño de Recoleta. Fue a las 10 de la mañana de este sábado, cuando el local de Beruti al 3000 volvió a recibir clientes bajo custodia porque el asesino Abel Guzmán permanece prófugo y tiene alerta roja de Interpol.

A simple vista, el local presentaba algunas refacciones -principalmente de pintura- pero la disposición geográfica de los espacios de trabajo era la misma de aquel miércoles 20 de marzo, día del brutal asesinato que quedó filmado por una de las cámaras del lugar.

Ana, que tenía un bautismo, fue la primera en llegar y se sentó para ser atendida en el mismo sillón donde murió el peluquero Germán Medina. Poco después, arribó la segunda clienta -hace seis meses se atiende en el salón de belleza- que decidió no reprogramar el turno que tenía para teñirse.

El salón de belleza de Berutti al 300 reabrió con Policía en la puerta. Foto: Cristina SilleEl salón de belleza de Berutti al 300 reabrió con Policía en la puerta. Foto: Cristina Sille«Agenda completa», respondió Facundo Verdini al ser consultado por Clarín sobre el primer día de trabajo luego de la tragedia. Ninguno de los empleados que estuvieron aquel día se presentó a trabajar. Retornarán a sus actividades normales la semana próxima. Sí había peluqueros que trabajan con Verdini en otros de sus locales.

El homicidio ocurrió alrededor de las 20 de aquel miércoles en el salón de belleza ubicado Beruti al 3000. Mientras disfrutaban de un momento de distensión al término de una jornada de trabajo, Guzmán (43) empuñó un arma de fuego y le disparó en la cabeza a Germán Medina (33), quien se desempeñaba como colorista.

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A tres semanas del asesinato al colorista Germán Medina, reabrió la peluquería Verdini. El asesino, Abel Guzmán, aún sigue prófugo.

Después de ejecutar a su compañero en presencia del dueño de la reconocida peluquería, Guzmán escapó por una de las ventanas del local, que abrió previamente «Charly» Azorín, el encargado del salón, quien fue testigo del asesinato.

Según se supo días después, también persiguió a Verdini dentro del local. Es que en otras imágenes, correspondientes a un sector de la peluquería que no es el del salón donde le disparó a su compañero, sino un cuarto donde hay capas, productos y elementos de los trabajadores, se lo ve al dueño entrar corriendo y esconderse detrás de una puerta.

Agazapado, en un momento se asoma e instantes después vuelve a esconderse. Ahí entra en cuadro Guzmán, empuñando la pistola. Según lo que se puede distinguir, al no encontrar al dueño de la peluquería, desiste de perseguirlo y vuelve al sector principal del local para huir.

La primera clienta se atendió en el mismo sillón donde ocurrió el crimen. Foto: Cristina SilleLa primera clienta se atendió en el mismo sillón donde ocurrió el crimen. Foto: Cristina SilleEl asesino de Medina fue buscado inicialmente en su casa de Agrelo al 1500, en Merlo, pero el allanamiento arrojó resultados negativos. Días más tarde, se realizó un nuevo procedimiento en Paso al 700, en Balvanera, donde vive uno de los hermanos de Guzmán y donde habría dormido los días de semana, antes del crimen de su compañero.

También siguieron la pista de que podía haber vuelto hacia Santiago del Estero, pero tampoco lo encontraron. Su madre, Cecilia Guzmán, que vive en esa provincia, le pidió públicamente que “se entregue lo más pronto posible”.

Los investigadores creen que Guzmán premeditó el asesinato y, una vez concretado, desapareció del mapa. Poco se sabe sobre qué hizo luego de escaparse por la ventana de Verdini.

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Sucedió en un local de Beruti al 3000.

Lo que pudo reconstruirse gracias a una cámara de seguridad del exterior de la peluquería es que huyó por la calle Beruti hacia el norte y que luego fue a paso rápido hasta Coronel Díaz. Por esta avenida se dirigió hacia la calle Charcas. Luego no se lo vio más.

Desde aquel día, la peluquería antes frecuentada por estrellas del espectáculo se transformó en escenario de análisis de peritos científicos e informáticos de la Policía por lo que estuvo cerrada al público.

Abel Guzmán (izq.), el peluquero que mató a su compañero de trabajo, Germán Medina (der.), en Recoleta.Abel Guzmán (izq.), el peluquero que mató a su compañero de trabajo, Germán Medina (der.), en Recoleta.“Yo tengo miedo, porque después de matar a Germán me vino a buscar con el arma en la mano. A mí también me quiso matar», le había dicho Verdini a Clarín días atrás. Justamente hoy, en la reapertura, el local tenía contaba en la puerta de ingreso con agentes de la Policía de la Ciudad.

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