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Masters 1000 de Indian Wells: la otra gran final que Del Potro le ganó a Federer y el título que le dedicó a su perro

¿Qué hubiera sido de la carrera de Juan Martín Del Potro sin tantos inconvenientes físicos? Tan cierto es que las lesiones son moneda corriente para la inmensa mayoría de los tenistas profesionales, especialmente entendiendo la exigencia que implica mantenerse en el alto nivel, como que el tandilense sufrió mas que nadie con su cuerpo.

Tuvo problemas de espalda (2007 y 2008), muslo derecho (2008), abdomen (2009), muñeca derecha (2009 y 2010), cadera (2011), hombro derecho (2011), rodilla izquierda (2012), muñeca izquierda (2012, 2013, 2014 y 2018), ingle (2017) y rodilla derecha (2018 y 2019). Y el tenis argentino se perdió de conocer el verdadero potencial de uno de los mejores exponentes de toda su historia.

Aún así le alcanzó para escribir algunas de las páginas mas gloriosas del deporte nacional. Fue el cuarto singlista albiceleste en ganar un Grand Slam después de Guillermo Vilas, Gabriela Sabatini y Gastón Gaudio, obtuvo dos medallas olímpicas (bronce en Londres 2012 y plata en Río 2016) y se cargó el equipo al hombro para que la Argentina levante su primera Copa Davis, también en 2016, con victorias sobresalientes ante Andy Murray en semifinales y Marin Cilic en la final.

Y en 2018, en Indian Wells contra Roger Federer, tuvo otro de esos triunfos gigantes. Nadie imaginaba que aquel iba a ser el último de sus 22 títulos, pero lo fue. A propósito del Masters 1000 estadounidense, que este domingo conocerá al campeón de su edición 2024, el recuerdo de la última gran alegría de Delpo, uno de los dos campeones sudamericanos en el desierto californiano (el otro fue el chileno Marcelo Ríos en 1998).

Del Potro fue el segundo argentino en jugar la final en Indian Wells y vengó a Vilas, quien en 1977 perdió con Brian Gottfried. Foto: Matthew Stockman/Getty Images/AFPDel Potro fue el segundo argentino en jugar la final en Indian Wells y vengó a Vilas, quien en 1977 perdió con Brian Gottfried. Foto: Matthew Stockman/Getty Images/AFPHabía superado con éxito una operación de muñeca izquierda que lo tuvo prácticamente todo el 2015 afuera de las canchas, estaba recuperado y pudo encontrar continuidad desde mediados de 2016 hasta fines de 2018. Era lo que necesitaba para volver a demostrar toda su enorme jerarquía.

Llegó a los Juegos Olímpicos de Río en el puesto 141 del ranking y tuvo la mala suerte de que en primera ronda le toque Novak Djokovic, el número uno del mundo. O quizás la mala fortuna haya sido la del serbio, que en dos largos tiebreaks vio esfumarse su sueño olímpico una vez mas. Así, mientras luchaba contra la inestabilidad que le transmitía su cuerpo, el argentino se reencontraba con su mejor versión. Después tumbó a Rafa Nadal en semis y terminó siendo subcampeón. Estaba de vuelta.

Del Potro (plata), Murray (oro) y Nishikori (bronce), el podio olímpico de Río 2016. Foto: AFPDel Potro (plata), Murray (oro) y Nishikori (bronce), el podio olímpico de Río 2016. Foto: AFPSiguió la curva ascendente y en 2018 volvió definitivamente el mejor Del Potro, ese que puede ganarle a cualquiera, incluso al mejor Roger Federer.

El suizo había arrancado el año invicto con los títulos del Abierto de Australia y del ATP 500 de Rotterdam, lo que le valió para convertirse en el número uno mas veterano de la historia con 36 años y seis meses y parecía invencible. Hasta que se encontró con Del Potro en Indian Wells.

Fue de la finales mas atractivas de los últimos tiempos en los Masters 1000: por la jerarquía de los que se enfrentaban, la alta intensidad que exhibieron en las dos horas y 42 minutos que duró el partido y los repentinos cambios de guión que hicieron que está definición fuera aún mas apasionante. Estuvo cargado de dramatismo.

El desarrollo de una final de película

Del Potro sabía que tenía que estar firme con su saque para vencer a la última gran versión de una leyenda como Federer y lo logró con creces durante el primer set: puso en juego el 76,5% de sus primeros servicios y el 80% de los segundos, no tuvo ni un solo break point en contra y quebró en el quinto game para adelantarse 6-4 en el marcador.

El segundo parcial fue una verdadera batalla. El suizo levantó su nivel y el encuentro se tornó muy parejo. Ninguno daba el brazo a torcer hasta que un error no forzado del argentino lo dejó muy comprometido: 4-5 y 15-40, doble set point en contra. Con cabeza fría, otro de los factores que explican su éxito en el tenis, se mantuvo vivo. Salvó el primero con un drive cruzado que fue a parar al fleje y después se vio favorecido por un error de su rival con ese mismo golpe. Todo volvía a estar igualado: 5-5.

El de Basilea tuvo tres nuevos puntos de set al adelantarse 6-3 en el tiebreak y lo iba a concretar con un saque ganador en el 6-5. Apretó el puño y caminaba para su silla, aliviado, pero Del Potro pidió el ojo de halcón. La pelota se había ido por milímetros. Desencajado, Federer cometió una doble falta y en el cambio de lado, con el score 6-6, explotó de bronca contra el umpire, Fergus Murphy. Le recriminaba que ese challenge había sido tardío.

En el 8-7 llegó el primer match point para la Torre de Tandil, que lo iba a lamentar porque quedó en una buena posición para ganar con un nuevo winner de derecha invertida, su mejor golpe, pero se le quedó en la red.

Finalmente, en su séptimo set point, el número uno del mundo se lo llevó por 10-8. Descargó su bronca con algún insulto al aire. Y ahora el enojo era del argentino, que se fue encima del juez de silla porque el público gritaba entre sus saques. Había mas show.

Del Potro dialoga con Fergus Murphy, el umpire de la final contra Federer. Foto: EFE/EPA/Mike Nelson.Del Potro dialoga con Fergus Murphy, el umpire de la final contra Federer. Foto: EFE/EPA/Mike Nelson.El drama iba a continuar en el tercer set. En una situación muy similar a la del segundo parcial, Federer quebró en el noveno juego y tuvo tres match points. Del Potro, nuevamente contra las cuerdas, sacó a relucir su mente de acero para alargar el encuentro.

Y finalmente, en un nuevo tiebreak, que jugó de manera sensacional, se impuso por 7-2 para sellar una de las victorias mas destacadas de su carrera: 6-4, 6-7 y 7-6. Instantes después de su coronación se acercó a la cámara y se acordó de César, su perro, que había fallecido un mes antes y al que definió como su «fiel compañero».

Del Potro y el recuerdo para su perro César. Foto: Captura ESPN.Del Potro y el recuerdo para su perro César. Foto: Captura ESPN.«La verdad que estaba muy enojado en el segundo set, pero era con el umpire y no con la gente, a la que le estoy muy agradecido por todo el amor y el cariño que me brindaron durante esta semana», expresó el campeón tras el encuentro.

«Todavía estoy temblando porque le gané a un grande como Federer, que es un gran jugador y un amigo», remarcó como respuesta a los elogios vertidos previamente por Su Majestad, quien sostuvo que «el partido fue parejo, pero Del Potro se merecía el triunfo».

El triste adiós de Del Potro

Aquel 2018 iba a continuar de muy buena manera para Juan Martín Del Potro. Alcanzó las semifinales de Roland Garros, los cuartos de final en Wimbledon y, nueve años después de su recordado título en el US Open contra Federer, volvió a jugar la final del último Grand Slam de la temporada, perdiendo contra Novak Djokovic.

Terminó la temporada como el número cinco del mundo, por primera vez dentro del Top Ten desde 2014, pero una nueva lesión lo iba a golpear duro. Muy duro. Fue contra Borna Coric en el Masters 1000 de Shanghái, a final de temporada y cuando se preparaba para disputar el Torneo de Maestros después de cinco años. Se resbaló al ir a buscar un drop shot del croata, golpeó con su rodilla derecha contra el suelo y se fracturó la rótula.

A partir de allí no volvió a ser el mismo. Jugó apenas 13 partidos desde entonces (ocho victorias y cinco derrotas) y el mas reciente de ellos fue frente a Federico Delbonis en el Argentina Open 2022. No se retiró oficialmente, pero lo dejó entrever en la previa de aquel encuentro en el Buenos Aires Lawn Tennis. «Debo ser honesto con lo que siento y que el mensaje se entienda bien. Es mas una despedida que una vuelta milagrosa», anunció entre lágrimas en una emotiva conferencia de prensa.

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En conferencia de prensa, visiblemente conmovido, el tenista argentino anunció su retiro por reiteradas complicaciones en su rodilla.

Y dio detalles de su padecimiento: «La rodilla me hace vivir una pesadilla. Cuando iba a Tandil, antes manejaba derecho las tres horas y media y ahora tengo que parar a estirar la pierna».

Quedan los recuerdos, gloriosos recuerdos.

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