Podría arriesgarse que la acuicultura hizo el milagro y multiplicó los peces. Sucedió primero con la cría del salmón y pasa ahora con el langostino que también se reproduce en criaderos en grandes magnitudes.
La otra cara de la moneda es una baja del precio que supo estar al doble y a veces al triple de los actuales US$ 6.000 por tonelada.
Esto pasa en la industria pesquera cuyos protagonistas dicen que reman mucho para poder salir a navegar y pescar. Se trata de una actividad con algunas empresas que son juez y parte en varios eslabones de una cadena que arranca en el fondo del mar.
Federico Sturzenegger foto Marcelo CarrollEso sí, en casi todos los gobiernos la política pesquera es un tema arduo de tratar. Un obstáculo es la extendida ignorancia sobre la actividad, y otra que los peces son propiedad pública, tentadora condición para la caja política.
En los últimos gobiernos, el área quedó para los amigos. Actualmente, el subsecretario es Juan Antonio López Casorla, con años como delegado del Consejo Federal Pesquero de Tierra del Fuego.
Lo más llamativo es que hasta para Federico Sturzenegger, el rey de las desregulaciones, es un negocio indescifrable. Sturzenegger puso la lupa en los derechos de explotación.
Las cámaras que nuclean a esta industria afirman que sólo tres países en el mundo cobran regalías pesqueras y que ninguno posee retenciones ni la carga tributaria argentina. Y que en Argentina se paga un derecho de explotación similar al que se cobra en Canadá, Noruega y los Países Bajos. “Más aún aquí es cuatro veces mayor al que rige en EE.UU.”, aseguran en la Intercámara.
Cuando se habla con estos empresarios hacen mea culpa por un perfil bajo que permitió un prejuicio creciente. Señalan que la situación, por los costos locales, salarios en dólares y precios internacionales a la baja, empeora a gran velocidad y temen acabar secuestrados por ese deterioro.
La carga tributaria de la industria pesquera ronda el 35% de lo exportado y en la flota fresquera en algunas especies como la merluza hubbsi puede llegar al 40%.
Ingresos y gastos en el caso de la MerluzaEl país se especializa en merluza hubbsi que es el 38% de las exportaciones, el langostino ( 25% ) y en el calamar Illex (20%). En el caso del langostino, se compite en el mundo con Ecuador, India y Tailandia.
Se contabilizan 500 empresas, entre locales y extranjeras, que emplean 46.000 personas. Operan 800 buques con permiso. Hay, por cierto, jugadores de peso: el fondo de inversión Platinum de EE.UU. O Newsan de Rubén Cherñajovsky.
Cada año se capturan 780.000 toneladas de pescados y mariscos que se procesan tanto a bordo de los buques como en alguno de los 377 establecimientos fabriles en las ciudades marítimas costeras.
Durante 2023 el desembarque se concentró en los puertos de Mar del Plata (49%), donde opera una importante flota fresquera, Puerto Madryn (16%), Rawson (11%), Puerto Deseado (8%) y Ushuaia (4%), donde opera casi exclusivamente la flota congeladora.
Las exportaciones anuales rondan US$ 1.800 millones y las concretan unas 200 firmas que venden a más de 100 países. China, España y Estados Unidos son,con el 46%, los principales destinos seguidos por Italia con 7% y Tailandia con 5%.
Argentina es el primer exportador mundial de merluza negra y ocupa el puesto 21 como exportador y el 13 en relación al volumen de sus capturas.
“Somos altamente competitivos, embarcamos el 90% de la producción para ganar un lugar frente a países con su actividad subsidiada, que no pagan aranceles de ingreso para sus productos y que nunca han tenido derechos de exportación, ni doble tipo de cambio. Solo en los últimos 20 años aportamos al fisco US$ 2300 millones en retenciones que siguen vigentes y varían entre el 5 y 8%”, lamentan en las cámaras.
Y admiten otro desafío: elevar el consumo interno. Pese a su gran litoral marítimo los argentinos casi no comemos pescado, apenas 5 a 6 kilos por habitante y por año frente al promedio mundial de 19 kilos per cápita. Y ahora ya no es una cuestión de precio. El kilo de salmón se consigue casi al mismo precio que el lomo.