“Ya a va a llegar, tranquilo”.
Cuentan quienes caminan los pasillos del predio de Ezeiza, que Edinson Cavani no cambió en estos 140 días de sequía en Boca. Por el contrario, continuó con su rutina, la de llegar temprano, acompañado por ese termo que forma parte de la extensión del brazo de cualquier uruguayo, y retirarse después que todos sus compañeros. Y a cada palabra de aliento, esa era la respuesta del delantero nacido en Salto.
A pesar de que la pelota no quería entrar, Edi se entrenó con una gran dedicación, incluso cuando se lesionó en la segunda fecha ante Sarmiento. La ausencia de gol lo tenía ocupado, pero no desvelado. No le quitaba el sueño. Por eso habló con naturalidad después de su hat-trick ante Belgrano. Y ahora, tras terminar con esa racha diabólica, tiene otro objetivo entre ceja y ceja: meterse en el top five de los máximos artilleros en vigencia, aquel que encabeza Cristiano Ronaldo, el astro portugués al que no le pierde pisada Lionel Messi, nada menos.
Cavani siempre fue un tipo sereno, incluso en su momento de mayor contundencia. Pero hubo algunas cuestiones que fueron centrales para transitar estos cuatro meses de pólvora mojada y críticas que llegaron, especialmente, en las redes sociales: el respaldo de Juan Román Riquelme, Diego Martínez, sus compañeros y hasta de los propios hinchas.
Más allá de que recibió reproches de los fieles xeneizes, hubo un apoyo tácito que se manifestó en los últimos partidos de local y que se repitió en la previa del duelo con los cordobeses. Mientras la mayoría les perdió la paciencia a Frank Fabra y Pol Fernández, silbados en la Bombonera y protegidos mediáticamente por Román, el uruguayo siempre fue respetado.
“Román siempre me da la confianza. No hace ni un mes ni cinco que me trató de convencer para venir, ya hace casi tres años. Era una cuestión de confianza por la que quería que viniera y estoy feliz de que pueda fluir”, enfatizó.
Martínez le devolvió la titularidad tras su recuperación de la contractura en el isquiotibial izquierdo que sufrió ante Sarmiento a principios de febrero, cuando falló cuatro situaciones claras de gol que terminaron repercutiendo en el empate. Ingresó en el segundo tiempo con Lanús y lo confirmó con River y Belgrano. Mañana, frente a Unión en Santa Fe, podría descansar. El técnico respetó su trayectoria y no lo hizo formar parte de la rotación hasta que se desbloqueó.
En las buenas y en las malas: Cavani retribuyó el apoyo que recibió de la gente. Foto: Maxi Failla“Diego tiene códigos, es cierto. También, una fe ciega en Cavani. Por eso sabía que iba a quebrar el maleficio”, le dijeron a Clarín desde la intimidad del cuerpo técnico.
Y si de hechizos se trata, hasta Giorgio Armas, astrólogo peruano e hincha de Boca, trabajó para que Edi lograra retomar la senda del gol. Con canela y una vela negra, según sus propios dichos. “Lo limpiamos”, dijo apenas se concretó el triplete del delantero que cumplió 37 años el Día de los Enamorados.
Se habló de Riquelme, que siempre lo destacó como “el mejor refuerzo internacional de la historia” incluso en sus peores momentos en el club. También, de Martínez, que lo sostuvo contra viento y marea, y de los hinchas. Será imposible soslayar a su familia, “los invisibles que siempre están”, de acuerdo a los dichos del propio jugador. Por eso su esposa, Jocelyn Burgardt, rompió en llanto cuando su marido marcó el primer gol de 2024.
Fue el penal que le abrió paso a su gesta en la Bombonera. Y el que quedará en la historia de Boca por haber sido el jugador que más rápido consiguió un hat-trick desde Martín Palermo. Cavani gritó tres veces en apenas 16 minutos, algo que había logrado con la camiseta del PSG ante el Guingamp en la temporada 2018/2019. El Titán lo había hecho en 2008, cuando celebró por triplicado ante Gimnasia en tan solo 8 minutos.
«Para mí fue una sorpresa lindísima, porque a Edi lo conozco y lo quiero mucho. Es todavía un goleador importante. Me causó mucho placer cuando supe que marcó tres goles con Boca”, dijo Walter Mazzari, el entrenador con el que Cavani hizo más goles en toda su carrera. Fue cuando jugaba en el Napoli.
Actualmente, tiene 443 y ya había superado a Neymar (439). Va por Karin Benzema (472). Delante están Luis Suárez (559), Robert Lewandoswki (642), Messi (824) y CR7 (877). Cavani tiene a tiro al francés, pero su meta más preciada ahora mismo no es personal, sino ganar un título con la camiseta que adoptó de este lado del Río de La Plata.