Los conciertos que dio Paul McCartney en el estadio de River el sábado 5 y el domingo 6 de octubre no sólo asombraron por la hermosura y vigencia de sus canciones -las de Los Beatles y las de su etapa solista-, sino por la increíble vitalidad que mostró el músico británico a sus 82 años.
Paul McCartney apenas bebió un sorbo de agua en las dos horas cuarenta minutos que duró el show, también tocó bajo, guitarra, piano, ukelele, mandolina, cantó durante todo el espectáculo y subió y bajó las escaleras que lo llevaban a sus teclados. Por lo que el comentario obligado de casi todos presentes fue «¿Cómo hace?».
Pues bien, está claro que para lograr lo que logra, el beatle lleva una vida ordenada, tanto en su ejercitación como en su alimentación, algo fundamental para poder seguir viajando por todo el mundo haciendo lo que más le gusta: música.
Las razones de su veganismo
Agradecido. Paul McCartney, en Buenos Aires. Para su camarín pidió mucha comida vegana y leches diversas. Foto: Marcelo Carroll «Si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todo el mundo se haría vegetariano«, afirmó el músico en una campaña del grupo PETA (Personas por el tratamiento ético de los animales). McCartney no come ni carne ni productos derivados de la leche y como vegano, entre sus platos favoritos están tallarines Pad Thai, hamburguesas de yaca, ensalada panazella y galletas crujientes de nueces pecanas.
El cantante se hizo vegano cuando, un día pescando, vio como un pez agonizaba en su caña al no poder respirar. Aquello fue hace 30 años y, desde entonces, ha ido involucrándose más y más en el veganismo. No come nada de carne y disfruta llevando una vida saludable.
Como buena estrella que es, Paul McCartney viaja por todo el mundo con su chef personal -de quien fue imposible conseguir el nombre-, que se encarga de cocinar para él y su esposa Nancy Shevell.
En la lista de pedidos que hizo para su catering -y también para su camarín de River Plate-, incluyó 50 filetes de «pollo falso», 60 salchichas vegetarianas, hamburguesas veganas, tofu, arroz integral y una variedad de frutas y verduras, como repollo chino y Cavolo Nero.
En cuanto a las bebidas, solicitó una selección de leches que abarca desde la de vaca -claro que no para él ni su esposa- hasta las opciones vegetales de avena, soja, arroz, almendra y coco.
Además, pidió bagels al estilo neoyorquino, barras de chocolate, alimentos orgánicos y una selección de bebidas como agua mineral italiana, té japonés, cervezas de diferentes marcas, licores, vinos y tequilas.
Sin personal trainer
Paul McCartney sigue recorriendo el mundo con su banda. Ni piensa en el retiro. Amante confeso de los deportes, Paul levanta pesas en el gimnasio, es aficionado al running y el yoga. Pero está claro que no le gusta que le digan lo que tiene que hacer.
«No soy el tipo de persona que necesita un entrenador para mantenerse en forma. Voy y observo lo que ellos hacen y luego les copio. Hago un poco de running, un poco de cardio, algunas pesas, unos abdominales con balón y, siempre, calentamiento y estiramientos antes y después de cada sesión de entrenamiento», ha sabido revelar el creador de Yesterday en alguna entrevista.
Y aclara que en esta vida de shows maratónicos, alimentación saludable y ejercicio físico, las drogas no tienen lugar.
«La última vez que fumé marihuana fue hace mucho tiempo. En lugar de fumar un porro, ahora tengo una copa de vino tinto o un buen cóctel margarita».
En este tramo de la gira, cuando le cerraron el lounge del Hotel Faena para que presencie un show de tango con su esposa, solamente se lo vio disfrutar de un cóctel.