Muchas fueron las cartas económicas que se dieron vuelta en el inédito acto del Javier Milei presentando el Presupuesto Nacional para 2025 el domingo en el Congreso.
El primer Presidente economista, como se presentó Milei, anunció una nueva forma de calcular el Presupuesto sobre la base de las estimaciones de la recaudación y no de las necesidades del gasto público para insistir en que el equilibrio fiscal es, desde su punto de vista, innegociable.
Fijando ese marco para 2025, el resto de las definiciones vinieron en catarata:
La inflación será de 18,3% con una sensible baja respecto de la de este año.La economía crecerá 5% en 2025 y otro tanto en 2026.El dólar oficial subirá lo mismo que la inflación. Y eso será consistente con un aumento promedio del tipo de cambio oficial del 1,4% mensual hasta fines de 2025.Por ahora y hasta fin de año el dólar oficial sigue subiendo al 2% por mes y no se modifica el dólar «blend» que establece que los exportadores liquidan 80% al dólar oficial y 20% al contado con liquidación, con lo que se aumenta la oferta en el mercado libre, pero se reduce la posibilidad del que el Banco Central gane reservas.
Respecto del aumento del costo de vida de este año, el cálculo es de 104,4%, lo que implica que en el último cuatrimestre la variación del IPC sea en torno del 1,2% mensual. Un pronóstico realmente optimista.
Ese resumen antojadizo intenta poner el foco sobre las dos definiciones más tajantes de Milei: el equilibrio fiscal es innegociable y no devaluará por encima de la actualización del 2% mensual, por lo menos hasta después de las elecciones legislativas de octubre del año que viene.
La apuesta es fuerte a partir de las dudas que expresan analistas económicos y operadores financieros en torno a la capacidad del Gobierno para conseguir los dólares necesarios para financiar las importaciones de una economía que prevé crecer al 5% y poder pagar los servicios de la deuda cuando el Banco Central enfrenta dificultades para aumentar el nivel de reservas.
La respuesta del ministro Luis Caputo y de los integrantes de su equipo, que sienten que enfrentan la madre de las batallas, aseguran que la «dolarización endógena» cobrará fuerza en los próximos meses cuando la inflación «converja» al 2% mensual y comiencen a escasear los pesos por la restricción de la emisión monetaria.
El convencimiento descansa en la menor emisión y en la importante cantidad de dólares guardados o fuera del sistema financiero que hay en la Argentina.
Destacan la suba de los depósitos en dólares a raíz del blanqueo (el total de las colocaciones a plazo fijo en bancos superan los US$ 20.000 millones) y apuestan a que el aumento de la demanda de dinero sacará más divisas a la luz.
Los funcionarios compraron sin reparos el cálculo del economista Ricardo Arriazu que sostiene que por el aumento de la demanda de pesos (por ejemplo, por parte de los bancos para cumplir con la mayor demanda de créditos) surgirá hacia fin de año una mayor oferta de divisas equivalente a US$ 6.000 millones.
Un interrogante en torno a ese traspaso de dólares a pesos se concentra en el nivel de la tasa de interés necesario para que se produzca.
Los plazo fijo ofrecen hoy 3% anual, abajo de las Lecaps que brindan 4% pero en los dos casos el rendimiento real es bajísimo aunque supera al 2% de suba del dólar.
Esa aritmética es muy fina y solo compatible con la vigencia y prolongación del cepo cambiario, un punto sobre el que el Presidente evitó fijar fecha para el levantamiento.
Los allegados a Caputo insisten, aún en off the record, que el cepo se levantará lo antes posible, pero que las condiciones aún no están dadas.
Una curiosidad del tercer domingo de septiembre fue que mientras el Presidente ratificaba que no devaluaría, abriendo el camino para un encarecimiento de la Argentina medida en término de dólares, crecía la noticia de la avalancha de los argentinos en Chile haciendo tours de compras.
A los tours de compras o de turismo en los países vecinos, habrá que sumarle la salida de divisas para el turismo en el exterior aunque, en este caso, y por la reducción a 29% de la brecha cambiaria, crecen las compras de pasajes directamente con dólares blue contra los pagos en pesos.
Un dato a favor de la tranquilidad surgió del balance del Banco Central que mostró que el Tesoro terminó de comprarle US$1.528 millones para cumplir con el pago del vencimiento de bonos globales y bonares en enero de 2025.
El Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, había anticipado la jugada para darle una señal de tranquilidad a los tenedores de deuda argentina. Se supone que ese dinero será depositado en el Banco de Nueva York para reducir aún más las dudas sobre el compromiso oficial para cumplir con el pago de la deuda.
En la Argentina de las desigualdades, los mercados festejan mientras a la economía real todavía la cuesta ver la recuperación, que viene muy lenta en medio de nueve meses de ajuste feroz.