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Presupuesto 2025: Milei propone volver en un año a la inflación más baja desde 2017 ¿podrá?

El discurso de Javier Milei sobre la cuestión económica dejó al menos dos temas para el debate y que se irán acomodando con el correr de las próximas horas.

Uno es la inflación esperada, o mejor dicho, el ritmo de desinflación que proyecta para los próximos meses. El otro es el gasto público y cómo romper con su indexación o en qué rubros recortar.

De vuelta: con el correr de las horas se conocerán más detalles sobre ambos, nuevos aspectos del proyecto y además ver qué cambios sufre en el Congreso porque el Gobierno estará interesado en que se aprueba en definitiva. El Presupuesto actual fue actualizado en 2024 pero originalmente se aprobó en 2022.

De lo que Milei presentó anoche se puede decir:

En primer lugar el Gobierno espera que la inflación llegue a 18,3% anual en diciembre de 2025. Eso significa una inflación de 1,41% mensual según apuntó la consultora ACM. La última vez que la Argentina tuvo un registro similar fue en noviembre de 2017, el mes previo a que el gobierno de Mauricio Macri cambió las metas de inflación. En el mismo mes un año más tarde la inflación sería el doble (3,2%).

Para la consultora EPyCA, el 18,3% del Presupuesto de inflación para 2025 “significa que debería bajar de algo más de 2% a fin de 2024 a 0,8% mensual en diciembre de 2025: de esa forma se llega al 18% interanual en diciembre de 2025. Esa progresión implica una inflación promedio en 2025 de 40%”.

Una tasa de inflación de 1,4% equivale a la tercera parte del actual nivel (4,2% en agosto, el dato que se difundió la semana pasada).

En términos anuales, una tasa de 18% quiere decir además que se proyecta una caída significativa hacia adelante ya que sería menos de la mitad de la actual: según las expectativas de mercado para los próximos doce meses la inflación anual es de 44,7%.

El mercado expresará sus reparos (¿y temor?) acerca de cómo el Gobierno llegará a semejante desinflación. Las principales empresas que operan hoy en la Argentina ya están terminando sus planes de negocio y presupuestos para enviar a sus casas matrices en muchos casos y muy pocas se animarían a hacer las cuentas con una inflación proyectada de 20%.

Es que hay temas pendientes.

Por ejemplo en 2025 seguirá la reducción de subsidios y eso implicará un aumento de los precios regulados por encima del promedio (como viene pasando en 2024).

Además hace cuatro meses que la inflación se amesetó en un nivel en torno al 4% (4,2% en mayo; 4,6% en junio; 4% en julio y 4,2% en agosto). Uno de los motivos -además de la recomposición tarifaria-, es que quedó una canilla abierta de la expansión de la base monetaria que es el desarme -voluntario- de las LEFI´s por parte de los bancos para aumentar el crédito.

Finalmente, otra duda alrededor del 18% de inflación esperado proviene de la demora en la convergencia de la tasa mensual (4%) al crawling del tipo de cambio oficial (2%). El tipo de cambio real profundizaría su apreciación si persiste esto en el tiempo, la escasez de divisas se agudizaría, las dudas del mercado permanecerían y la salida del cepo se pospondría como las propias autoridades reconocen.

Para Lorenzo Sigaut Graviña, economista de la consultora Equilibra,sólo se puede conseguir llegar al 18% anual si no hay corrección cambiaria en 2025, si llegan a la convergencia de 2% y ahí podrían bajar el crawl al 1%. Pero para eso hay que tener dólares y el Gobierno dice que se crecerá al 5%. Sería un camino muy arriesgado”.

En Equilibra prevén que la inflación en 2025 va a ser menor a la de este año, pero se aceleraría durante el verano tras una corrección cambiaria que permitiría al Banco Central volver a acumular reservas.

En segundo lugar, Milei habló anoche de un gasto público “ilegalmente indexado por ley” (es porque sigue vigente un artículo de la ley de Convertibilidad que prohíbe la indexación de contratos en la economía) y uno discrecional.

El primero, dijo el Presidente, se ajusta por la evolución de los precios y la marcha de la actividad, mientras que el segundo seguirá igual no importa qué suceda con la macroeconomía. También señaló que si la economía recauda más de lo esperado, el gasto automático podría subir en la misma proporción pero no así el discrecional, que seguiría igual. Y en caso de un escenario malo, directamente se recortaría el gasto discrecional.

¿Qué incluye el gasto discrecional? Gastos de capital, universidades, transferencias a las provincias. También habrá que ver cómo quedaría el financiamiento del déficit de las cajas provinciales.

Una nueva etapa de debate se abre en la economía de Milei.

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