La entidad rosarina, a través de su Guía Estratégica para el Agro (GEA), indicó que «se va confirmando un horizonte de pérdidas de 20% a 30% del potencial del cultivo en la región núcleo».
En tanto, las lluvias de los últimos días «alcanzan para terminar el ciclo» de la soja de primera, afirmaron técnicos de la zona relevada consultados por la GEA-BCR.
«El cambio en las reservas de suelos es total: de predominar áreas en sequía y escasez una semana atrás a niveles óptimos en los sectores centro y noreste, con núcleos de exceso en Santa Fe y este de Córdoba», explicaron.
Las secuelas de la ola de calor persisten, con una reducción significativa en las expectativas de cosecha.
Al respecto, la GEA-BCR puntualizó que «hace apenas un mes, en Pergamino se esperaban rendimientos de hasta 50 quintales por hectárea, cifra que se ajustó a un rango de 37 a 38 quintales, evidenciando el impacto del estrés térmico y la falta de agua en momentos críticos del desarrollo de la planta».
El informe también destacó una mejora en las condiciones de la soja de segunda, con una disminución de los lotes en estado malo y regular y un aumento en aquellos catalogados de buenos.
A pesar de los desafíos iniciales, parte del cultivo aún tiene potencial para alcanzar buenos rendimientos, especialmente en regiones que recibieron lluvias oportunas, contempló la entidad rosarina.
«Aunque algunos lotes no lograrán reponerse completamente, las proyecciones para aquellos que sí se beneficiaron de las precipitaciones son optimistas, con expectativas de rendimiento que varían según la localidad y las condiciones específicas de cada cultivo», evaluó.