La frase llegó casi al final de un discurso de 45 minutos y pocos aplausos de Javier Milei. Pero esa definición cambió el humor a los casi 400 empresarios que se congregaron en la celebración del Día de la Industria.
“No los vamos a dejar tirados. Vamos a abrir la economía, cuando estén dadas las condiciones estructurales, para que las empresas competitivas sean lo más competitivas posible. Como digo siempre: nuestro programa económico tiene etapas, que están asignadas por el cumplimiento de objetivos, y no vamos a apurar los tiempos de ninguna decisión si no están dadas primero las condiciones para que esa medida tenga éxito”, les prometió el Presidente.
En ese momento se renovó un romance a fuego lento, como describió un industrial tan feliz por el rumbo elegido de “sacarnos la bota de encima”, como les dijo Milei. Pero, a la vez, tan temeroso que la recuperación del consumo no sea aprovechada por la industria local sino por los importadores en un escenario de “cancha inclinada”, por los “costos argentinos que los deja fuera de competencia”.
Nicolás Pino después del discurso presidente Milei en la UIAEste Día de la Industria contó con un primer mandatario después de 16 años en la sede de la UIA de avenida de Mayo. La última fue Cristina Kirchner en 2008, tras la guerra con el campo y necesitada de apoyo empresario.
Por eso la presencia este mediodía del presidente de la Rural, Nicolás Pino y su vice, Marcos Pereda, estuvo rodeada de simbolismo por esa vieja antinomia campo-industria que Milei se encargó de resaltar y de poner nuevamente al campo en el centro de la escena.
Fuerte operativo de seguridad. Guillermo Francos ingresa a la UIA.El presidente señaló que para “proteger a la industria se robó al campo”. Más aún: “Esa protección lo único que generó es un sector industrial, adicto al Estado”, les reprochó.
Después de esa referencia algunos quedaron como anestesiados. Y fue Daniel Funes de Rioja, presidente de la entidad quien tras la ceremonia dijo a los periodistas: “Nosotros hablamos de equilibrar el terreno, de reducir asimetrías para competir. No queremos subsidios ni privilegios y saludamos que el Presidente haya dicho que hasta que no estén dadas las condiciones no se va abrir la economía. El Presidente está comprometido en arreglar la macro y nosotros entendemos que sin macro no hay industria”.
Hugo Eurnekian, de la compañía de energía CGC, soltó: “esta transición es dura, pero estamos poniendo el hombro”. Otro petrolero, Alejandro Bulgheroni, señaló a Clarín: “Me gustaron los dos discursos”, resaltando la palabra dos para apoyar tácitamente a los planteos de Funes de Rioja resumidos en la urgencia de bajar costos.
Carlos Bernárdez de las Marías celebró la señal de Milei y en la misma línea se expresó Dolores Brizuela, la presidenta de la multi Dow. Pero Claudio Drescher, titular de la Cámara de la Indumentaria, deslizó: “Excelente que haya asistido el Presidente pero no vi un entendimiento de la industria”.
Fue Javier Goñi, de Ledesma, quien contó que por fin se tocó el piso y prevé recuperación aunque no se animó a vaticinar la forma. Coincidió Martín Cabrales. Entre los asistentes, agasajados al final de los discursos con un clásico copetín, además de dueños y CEO de las principales industrias estuvieron esta vez los directivos de los unicornios, Mercado Libre, Globant, entre otras tecnológicas.