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Dólares cara chica, cara grande o sucios, todo vale para que saquen los billetes del colchón

Cara chica, gastados, arrugados, viejos, manchados, escritos, con bordes rotos. El Banco Central quiere que los bancos acepten todos los dólares que los ahorristas pueden llevar a las entidades financieras.

Así comenzó la nota sobre la decisión del jueves del directorio del BCRA, contenida en la Comunicación A80079, de Ana Clara Pedotti en Clarín.

Ya esa síntesis deja en claro un nuevo paso hacia la política de «pesos escasos». Todos los dólares guardados en los colchones y las cajas de seguridad son también motivo de interés por parte del ministro de Economia, Luis Caputo y del presidente del Banco Central, Santiago Bausili.

Los dos funcionarios realizaron en la semana una jugada destinada a direccionar las expectativas del mercado cambiario en una reunión con los Agentes de liquidación y compensaciones, ALyCs, es decir, las sociedades de Bolsa.

Entre los anuncios más destacados, según trascendió porque no existió una comunicación oficial, estuvo el de que el Gobierno dice tener asegurado los pagos de capital de toda la deuda soberana en dólares por un año y medio.

¿De dónde saldrían esos dólares? De una operación de Repo con bancos del exterior que se supone podría alcanzar US$ 5.400 millones (no se habló de cifras en la reunión por lo que es un cálculo extraoficial) con garantía de bonos del Tesoro, pero sin incluir las reservas de oro (empeñarlas constituye un punto políticamente sensible).

Sobre el Repo, que estaría avanzado al punto tal que ya tiene comprometido un destino, no se dieron a conocer ni las condiciones ni la tasa que pagará la Argentina.

En ese encuentro con los agentes financieros también se habló sobre el futuro posible del tipo de cambio y la inflación y el optimismo fue categórico: el Ministro dijo que aspira a que el índice comience con 1 o 0 en septiembre y a que el dólar libre baje a $ 1.100 (el viernes estaba a $ 1.315).

Tal parece la confianza sobre la baja del dólar que Caputo, entre risas, dijo que ese sería un problema para Bausili.

El diagnóstico oficial se asemeja al escenario que presentaba Federico Sturzenegger en su gestión como presidente del Banco Central cuando pronosticaba que el problema cambiario sería por la escasez de la demanda y no de la oferta y que el dólar tendería a bajar.

Entre los anuncios de Caputo a puertas cerradas de que tiene los dólares para cubrir los vencimientos de enero y septiembre de 2025 y los de enero de 2026 que suman unos US$ 9.000 millones (los correspondientes a los tenedores privados representarían un 60%, al sector público lo refinanciarían) y la intervención del Central en el dólar, la táctica oficial apunta a bajar la brecha cambiaria.

Los objetivos económicos y financieros de corto plazo aparecen claramente definidos: apuntalar la baja de la inflación secando al mercado de pesos y a bajar la brecha cambiaria para hacer creíble la posible convergencia de la inflación con el 2% de devaluación mensual.

Pero el viernes la suba de 1% de los dólares financieros puso fin a una baja de tras jornadas, llevando nuevamente a la brecha cambiaria (contado con liquidación/mayorista) arriba del 40% y la tasa de riesgo país a superar los 1.600 puntos.

Hay un cambio en el escenario financiero internacional que no derrama buenas perspectivas sobre la Argentina.

Brasil devaluó el real y acá el tipo de cambio frente al dólar se apreció 8,2% mientras que el multilateral (cálculo de la consultora Quantum) un 10% y el bilateral del peso con el real (relevante para el comercio con el principal socio comercial), el 14,5%.

En términos de dólares, Brasil se abarata y la Argentina se encarece cuando, además, los precios de los commodities agrícolas cayeron entre 20 y 30 por ciento. El precio de la soja registró mínimos de los últimos años, en valores de US$ 372 la tonelada..

Mientras Caputo intenta serenar al dólar y a la brecha, los mercados están atentos a un resultado incómodo para el Gobierno en estos días de temblor financiero global..

El último informe de la consultora ABECEB sostiene que un dato clave a la hora de buscar las causas de la incertidumbre es que «el BCRA pasó de comprar US$ 16.472 millones hasta mayo a vender algo más de US$ 180 millones desde entonces. Como consecuencia, el stock de reservas netas negativas comenzó de nuevo a crecer, aunque sin retornar a los dramáticos niveles que dejó la gestión Massa y con una baja importante de los pasivos».

El Gobierno sigue emitiendo señales en el sentido de que llegarán más dólares y en el intento de moldear las expectativas pero, como el concepto que se le asigna al expresidente Hipólito Irigoyen, los mercados quieren ver «las efectividades conducentes».

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