El Presidente Javier Milei anunció este sábado desde Idaho (Estados Unidos) que el lunes se apagará por completo la emisión de pesos, y por lo tanto la base monetaria quedará estancada en el nivel alcanzado el viernes. La drástica medida incluye, es la novedad del día, el final de la emisión de pesos para comprar dólares y acumular reservas lo más que se pueda. Habrá un freno en el incremento de las reservas, lo que no es poco. Esto es así porque todos los pesos que emita para comprar divisas en el mercado oficial serán esterilizados vendiendo dólares en el mercado paralelo legal, es decir en el denominado “contado con liquidación”.
Esto, en la práctica, implica muchas cosas.
El Gobierno prioriza voltear la inflación, y en esa prioridad pasa a un segundo plano el apuro por levantar el cepo, dado que la acumulación de reservas -ya bastante ralentizada- será aún más lenta, porque parte de los dólares que compre el Central serán vendidos en el CCL.
En esta estrategia, el Central hará jugar la brecha cambiaria a su favor. Este viernes el dólar oficial mayorista cerró a $ 921,50 y el dólar contado con liqui quedó en $ 1.429. Una brecha de 55%. Esto quiere decir, por ejemplo, que el Banco Central emitirá $ 92.150 millones para comprar US$ 100 millones. Luego, para esterilizar los pesos emitidos debería vender $ 64,5 millones de dólares para recuperar los $ 92.150 millones. En definitiva, sin emitir pesos habrá sumado solo 36,5 millones de dólares a las reservas. Son los pro y contra de la política que se implementará desde el lunes.
Fuentes oficiales señalaron que más que un cambio de la política cambiaria es una profundización de la política monetaria.
Consideran que debido a que mientras exista el cepo no está la certeza de que esa compra de dólares sea demanda de dinero, se esteriliza vendiendo los dólares comprados.
“Van a ser menos dólares, porque el Banco Central compra 900 y vende 1400, es decir que retira los pesos del mercado y se queda con el neto de dólares” subrayan. Y agregan. “También se van a retirar pesos debido al superávit. De esta manera, la moneda escasa será el peso”.
Sobre el tema superávit, hay que recordar que con la eliminación de los pases pasivos y su reemplazo por letras de liquidez emitidas por el Tesoro, será el Tesoro el responsable de pagar los intereses que devengan las letras que estarán en poder de los bancos. Se calcula que a la actual tasa de interés de política monetaria, y considerando que los pases alcanzan hoy los 14 billones de pesos, el Tesoro deberá juntar todos los meses 600.000 millones de pesos para pagar los intereses de las LeFi.
En otras palabras, se pone al máximo la velocidad de la aspiradora de pesos.
La pregunta es si esta medida puede o no golpear la de por sí débil actividad económica. En el Gobierno creen que no. Dicen que la recuperación que se está dando a través de la expansión del crédito indica que la capacidad de creación de dinero bancario es muy amplia. “Si llegamos al punto donde los pesos faltan, los bancos pueden venir a pedirlos al Banco Central, dado que hay una montaña de pesos de las entidades estacionada en letras de liquidez”.
Desde ya, si crece la oferta de dólares en el contado con liqui el precio de este dólar financiero que es referencia para las empresas debería retroceder. En teoría. Y achicarse así la brecha, además de atenuar el posible impacto que podría tener el CCL sobre la formación de precios locales. Este es un punto sobre el que se empezó a hablar esta semana, mirando qué pasó con los precios en los primeros días de julio.
También, si la perspectiva de que el CCL estacione o retroceda es creída por el mercado, tal vez aparezcan más dólares de los exportadores. Sobre todo porque si faltan pesos, la tasa de interés de los que se financian en moneda local para no vender dólares seguramente crezca.
Otro punto a tener en cuenta. Si la estrategia del Gobierno es exitosa en achicar la brecha, se reduce el efecto de comprar «gratis» algunos dólares. Pero si se achica la brecha la salida del cepo sería menos traumática, el día que eso ocurra.
El lunes arranca una nueva historia. Parte de la fase 2. Se ataca a la inflación, y el cepo deberá esperar.