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Compras por Internet: cómo impacta la baja del Impuesto País y el reclamo por dos costos que encarecen los productos

Con una caída interanual del consumo del 5,6% en julio, y aún sin perspectivas de repunte, las marcas se vuelcan al comercio electrónico para compensar el derrumbe de ventas en sus locales físicos y ya preparan ofertas para el Cyber Monday 2024, que se llevará adelante del 3 al 5 de noviembre.

Pero, advierten, será leve el impacto de la rebaja del Impuesto País en los precios de los productos que venden online. Al menos, por ahora. Es que la semana próxima se reducirá la alícuota del 17,5% al 7,5% solo para bienes y fletes. Los pagos que las tiendas digitales hacen de servicios que contratan en el exterior seguirán atados al dólar tarjeta.

La baja del Impuesto País es beneficiosa para el comercio en general, que incluye al e-commerce. Significa una baja en costos de insumos y productos importados, pero no alcanza a servicios que especialmente pymes y emprendedores contratan en el exterior y pagan con tarjeta de crédito, como pauta o servicios de hosting”, explica Gustavo Sambucetti, director institucional de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).

Y espera que, a largo plazo, cuando la rebaja se extienda a estos conceptos o se elimine completamente el tributo, “se traslade directamente a una reducción de costos, haciendo a las empresas más productivas y, por ende, más competitivas, lo que debería verse reflejado en un menor precio a los usuarios finales, lo que a su vez traería un crecimiento del volumen”.

El e-commerce espera una menor carga impositiva a largo plazo. Foto: archivoEl e-commerce espera una menor carga impositiva a largo plazo. Foto: archivoEn ese sentido, el sector está convencido de que si se baja la carga impositiva, su expansión será aún mayor. Según la CACE, el 18% de las ventas totales de 286 empresas relevadas provino del e-commerce en el primer semestre, cuando en la primera mitad de 2023 representaban un 15%. Asimismo, para el 33% el canal digital creció por encima del físico.

“Ante la caída en la mayoría de los rubros, el online contribuyó a mantener activo el consumo con una cantidad estable de órdenes de compra. No obstante, su evolución está vinculada a lo que ocurre en la economía”, remarca Sambucetti.

Por caso, en el primer semestre la facturación aumentó un 248% –los ingresos alcanzaron los $ 8,5 billones–, por debajo del avance del 263% que marcó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en ese periodo.

“El impacto del Impuesto País en la venta online es significativo, ya que los servicios digitales y el hosting, imprescindibles para quienes tienen una tienda virtual, tienen una tasa del 8 % y 30%, respectivamente. Nada se anunció por ahora para ellos”, coincide Lorena Comino, CEO de Facturante.

Ingresos brutos y contracargos

Otros dos factores que encarecen los bienes que se adquieren por Internet, y según la industria limitan su crecimiento, tienen que ver con temas irresueltos, por un lado, con el Estado; y, por otro, con procesadores de pago.

En primer lugar, la doble tributación de ingresos brutos, al pagar en la localidad de origen y de destino –que estiman representa entre 3% y 4% de sus costos– y, en segundo lugar, los gastos por contracargos ante desconocimientos de compra, que se llevan hasta un 3% en retailers con tickets altos.

El comercio electrónico espera saldar discusiones pendientes que encarecen sus costos. Foto: archivoEl comercio electrónico espera saldar discusiones pendientes que encarecen sus costos. Foto: archivo“De la misma manera en que la oferta se adapta al nuevo consumidor, las normativas también deben adecuarse. Internet hizo visible esta problemática que existe hace tiempo”, considera Marcos Pueyrredón, presidente del eCommerce Institute y co-founder & global executive SVP de VTEX.

“Con esa lógica, si el usuario hiciera la operación de forma presencial en modo turista, debería aplicarse el impuesto en el destino al que viaja y compra el producto, y luego en el que reside. Eso hoy no ocurre. Países como Brasil y los Estados Unidos saldaron esta discusión limitando Ingresos Brutos al sitio de origen”, agregó.

En cuanto al contracargo, cuando el consumidor desconoce una operación, las entidades financieras suelen acreditar automáticamente esos fondos. “Pero si el vendedor no puede demostrar de manera fehaciente la existencia de la transacción, las entidades retiran el 100% de los fondos correspondientes a esa operación desconocida”, explica Comino.

La carga de la prueba recae entonces sobre el comerciante. El desafío de la tienda online es la inversión en seguridad informática para minimizar los contracargos que llevan tiempo y recursos gestionarlos”, apunta.

En tanto, Pueyrredón opina que “con un mercado ya maduro, existen herramientas para verificar la identidad del comprador”, pero aclara que “faltan reglas claras sobre qué documentación debe presentar un comercio para evitar un contracargo cuando el consumo se hace de forma online”.

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