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Aseguran que en el futuro los pesos serán escasos, pero lo que faltan hoy son los dólares

El Banco Central plantó bandera en la semana sobre lo que vendrá en materia de pesos y dólares .

El comunicado «el BCRA inaugura un marco monetario orientado a consolidar la estabilidad de precios» contiene los pasos a seguir para cumplir con el marco fijado por el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo de un futuro con escasez de pesos.

Uno de sus conceptos es que «a partir de la introducción de la competencia de monedas, el peso se transformará en la «moneda escasa».

Anticipando esa supuesta escasez cabría esperar un aumento de la tasa de interés para incentivar el ahorro en pesos esperando el tránsito, que se supone pausado, en que el cepo cambiario sea eliminado en su totalidad.

El esquema delineado por el Banco Central es que al eliminarse las principales fuentes de emisión monetaria (financiamiento del déficit del Tesoro y limpieza del balance del Banco Central, también, temporariamente, por la compra de dólares), la inflación seguirá bajando y aparecerá una mayor oferta de dólares.

El esquema se presenta como un cinturón de la cantidad de pesos que hará, suponiendo que en algún momento se autorice la libre circulación de dólares, que las empresas ingresen capitales y las familias saquen los «dólares del colchón» para atender sus necesidades.

La política de escasez de pesos llega al punto de que los pesos que el Banco Central emita para comprar dólares de los exportadores se esterilizarán por la venta de esos mismos dólares en el contado con liquidación.

Esos lineamientos y la sugerencia presidencial de que la gente haga «puré» (compre dólar MEP a $1.316 y lo venda al blue) contribuyeron en la semana a una estabilidad cambiaria pronunciada con un dólar blue terminando en $1.440.

La intervención del gobierno en el mercado cambiario se notó poco y la brecha cedió hasta ubicarse en 41% en un contexto definido por los operadores financieros mirando de cerca la evolución de la tasa de riesgo país que el viernes 26 de julio estaba en 1.550 puntos después de haber rozado los 1.600 en la jornada precedente.

Las dudas de los operadores giran en torno al anuncio de que el gobierno destinará unos US$ 1.700 millones a intervenir en el mercado cambiario y otros US$ 1.500 millones a un depósito en el exterior para atender el pago de intereses de bonos en enero de 2025.

Y un interrogante gira en torno de la audacia de Caputo de destinar divisas para bajar la brecha y seguir apostando a la baja de la inflación y, además, tomar otra partida en el intento de serenar a los acreedores de títulos argentinos cuando las reservas «netas» del Banco Central siguen en el campo negativo en el orden los los US$ 4.500 millones.

Probablemente, el ministro, un jugador de fe, esté apostando a un éxito la recaudación por el blanqueo de capitales o a que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) genere desembolsos rápidos además de los tan meneados US$ 10.000 millones que están negociando con el Fondo Monetario. Pero en el escenario de corto plazo, son los dólares los que continúan siendo la moneda escasa.

La construcción de un puente de divisas que lleve la economía hasta el levantamiento del cepo está cargada de compromisos.

A mano alzada, los vencimientos externos de 2025, además de los intereses de los bonos ya mencionados, incluyen casi US$ 3.000 millones de vencimientos de capital, cerca de US$ 9.000 millones pagos de la deuda soberana, U$$ 3.000 millones con el FMI y otros US$ 5.000 millones de otros organismos internacionales.

Desde ya que el ministro Caputo intentará refinanciar todo lo refinanciable, pero previamente, los operadores financieros esperan otra definición respecto al tema del atraso cambiario.

El gobierno dijo y repitió que la política de actualización de 2% mensual del dólar oficial se mantiene y agregó que el levantamiento del cepo y la liberación cambiaria llegarán recién cuando la inflación converja al 2% mensual.

Un «puente» para los dólares y la suba de la tasa de interés para los pesos son sujetos tácitos para el tránsito de un sendero cambiario que sigue presentándose marcado por la escasez hasta la última parte del año.

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