La pasión no tiene límites. Por eso, no bien divisaron la trompa negra del Flecha Bus que traía al plantel de River desde el aeropuerto, la emoción empezó a correr por las venas de los hinchas que estaban en la puerta del hotel Quinto Centenario. Las banderas se agitaban, las bengalas se encendieron, el humo rojo y blanco cubrió la atmósfera y la pirotecnia estalló en el aire. La escena se repitió un rato más tarde en el el hotel Holiday Inn, a unos diez minutos del estadio Mario Alberto Kempes, que es el búnker elegido por Boca para aguardar el duelo de este domingo por los cuartos de final de la Copa de la Liga. La misma pasión, los trapos y los fuegos artificiales, pero todo en azul y oro. Fue el desembarco del grupo que lidera Diego Martínez. Pero mejor ir por partes y por orden cronológico.
Banderazo para River
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Los fanáticos organizaron un banderazo para recibir a los jugadores. Toda la cobertura de clarin.com
River fue recibido por miles de hinchas, en un banderazo que organizó la filial del club (Córdoba junto a River) en esta provincia. Y una vez que el ómnibus, escoltado por un par de patrulleros y motos policiales entró al explanada del hotel, los cantitos de cancha dominaron la escena. “River, mi buen amigo”, se entonó con fuerza. Y siguieron otras canciones más dedicadas al eterno rival. “La Boca y Avellaneda vamos a quemar y como siempre La Doce va a correr sin parar”, fue uno de los hits.
Pero había más. Y Martín Demichelis y los jugadores les dieron una sorpresa a los hinchas, agolpados contra los vallados. El técnico y los futbolistas se acercaron a ellos para firmar autógrafos y sacarse fotos. Los hinchas los abrazaban, los alentaban y les pedían un triunfo. Estaban eufóricos. Sobre todo con Miguel Borja, Franco Armani y con el Pity Martínez, quien a pesar de estar lesionado, también vino a Córdoba. No se quedó nadie en Buenos Aires.
“Les vamos a ganar 2-0 con goles de Borja, le dije eso al negro”, gritaba como loco Pablo de Haedo, que llegó este sábado a la mañana para ver el Superclásico. “Los vamos a tener enfrente en una cancha de nuevo. ¿Se acuerdan cuándo fue la última vez? No se olvidan más, ja”, chicaneaba Martín, cordobés que juega de local, en referencia a la final de Madrid. “Después de ahí no quisieron jugar más los amistosos de verano”, redobla Fernando, de Río Negro. “Estoy emocionada porque el Pity me firmó la camiseta”, agregó Lucila, cordobesa, que muestra una camiseta con las firmas coleccionadas de otras visitas Millonarias a Córdoba.
River ya está en La Docta, donde se bendijo con el calor y color de sus hinchas para quedar listo de cara otro duelo superclásico.
El desembarco de Boca
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Los fanáticos hicieron un banderazo en el hotel donde se hospedan los jugadores xeinezes.
Fue menos numeroso, pero igual de ruidoso, el recibimiento de los hinchas para con el plantel de Boca, que se hospedó en un hotel lejos del centro y más cerca del estadio Mario Alberto Kempes.
Alrededor de 1.000 hinchas de acercaron hasta el Holiday Inn para alentar al equipo que comanda Diego Martínez. Y como era de esperar, Edinson Cavani fue el más ovacionado. El Matador se robó toda la atención y fue el futbolista que más tiempo estuvo firmando autógrafos y sacándose fotos. «Uruguayo/uruguayo/uruguayo», se escuchó varias veces.
No todos los jugadores de Boca tomaron contacto con los hinchas, pero sí los referentes. Marcos Rojo, Luis Advíncula, Ezequiel Fernández, Nicolas Figal, Kevin Zenón, Miguel Merentiel y Luca Langoni fueron los otros que se acercaron. Entre los ausentes estuvieron Sergio Romero y Guillermo Fernández.
Diego Martínez saluda a los hinchas. Foto: Fernando de la OrdenQuien sí quedó cara a cara con los hinchas fue el entrenador Diego Martínez, a quien entre foto y foto le pidieron la victoria contra River.
Vale aclarar que la mayoría de los simpatizantes llegó de los pueblos cercanos a Córdoba Capital y casi ninguno tenía entradas para ver el Superclásico. Se entiende: la venta se hizo por Internet y con prioridad para los socios, por lo que el grueso de los que estarán en el Kempes llegaŕa a la Docta el mismo domingo por la mañana.