A pesar de haber puesto un buen frente durante el comienzo del escándalo, Geri Halliwell, ex-Spice Girl y esposa del jefe del Red Bull Racing, Christian Horner, parece estar harta de la situación. Luego de que su marido haya sido acusado de actitudes inapropiadas por su asistente hace un par de semanas (lo cual derivó en una investigación que descartó la denuncia y provocó la suspensión de la empleada), la mujer demostró su apoyo a Horner durante las carreras de Bahrein y Arabia Saudita, pero al parecer no asistirá a Melbourne.
Según el medio británico The Sun, la ex-Spice Girl supuestamente le dio algunas reglas a Horner que deberá cumplir mientras están separados durante el fin de semana de la carrera. Unas reglas de matrimonio si se quiere. Dentro de sus pedidos, Geri le querría revisar el teléfono a su marido para mirar sus mensajes, y en lo posible, que se aleje del todo de la empleada que lo acusó.
«Ella definitivamente tiene opiniones sobre qué mensajes manda él. Por obvias razones, a Geri le gustaría que la empleada – a quien conocía de antes – esté lo más alejada posible,» informó una fuente a NewsCorp. «Pero no la pueden echar porque no tienen razones para hacerlo.»
Horner, por su parte, parece no estar sorprendido con todas las reglas de Geri, pero sí se sintió herido por la desconfianza que le tiene su esposa, según informó GBN. «Ella insistió que todavía lo ama, pero se tiene que proteger a ella misma y le pidió que se ponga en sus zapatos para entender toda la humillación y vergüenza que sintió en público».
«Christian eventualmente se conformó y aceptó hacer todo lo que ella le pida», declaró el tabloide británico. Parecería ser que a Horner lo tienen de la correa.
Todo esto solo le agrega más problemas al escándalo que le hace suponer a los fanáticos de la Fórmula 1 que Max Verstappen no va a querer quedarse en el equipo de Christian Horner cuando termine su contrato y pasarse al lugar libre que deja Lewis Hamilton en Mercedes.