La Copa América 2024 ha dejado mucha tela para cortar. El estado del campo de juego, las intervenciones del VAR, las imágenes dantescas de la semifinal entre Uruguay y Colombia, y este domingo se sumará una más. El entretiempo de la final entre la Selección Argentina y los cafeteros durará 25 minutos, diez más que los reglamentarios, debido a la actuación de la artista colombiana Shakira. Eso provocó la queja del DT argentino de Colombia, Néstor Lorenzo, durante la conferencia de prensa previa que compartió con el mediocampista Juan Fernando Quintero.
«Espero que el recital lo disfruten, Shakira es una excelente artista», empezó, entre risas, su respuesta el entrenador que revolucionó a la Selección Colombia y la llevó a su tercera final de la historia de este torneo, con un título como anfitrión en 2001, tras superar a México, en una edición en la que la Argentina se negó a participar.
Y, enseguida, se explayó: «Cuando las reglas se cambian a priori para los dos equipos, o la cancha es mala para los dos, no puedo decir que es bueno o malo, no me sale. No lo entiendo mucho. Creo que debería ser como cualquier partido. Porque cuando salimos en el minuto 16 nos han multado o sancionado, pero ahora resulta que hay un espectáculo y podemos salir en el 20 o 25, con la incidencia que puede tener en el físico de los jugadores y uno sabe lo que cuesta esos minutos en el vestuario. Es así y ya está».
Lorenzo tiene muchas similitudes con la forma de conducción que evidenció Scaloni en sus seis años al frente de la Albiceleste. O, en realidad, el ‘Gringo’ de Pujato tiene parecidos con Lorenzo, quien fue ayudante de José Néstor Pekerman en el Mundial de Alemania 2006, el único que disputó el DT campeón del mundo como futbolista.
«Es una situación muy particular porque me acuerdo porque lo fui a ver a West Ham, me invitó a comer a un restaurante colombiano, se lo recordé en el sorteo en diciembre. José (Pekerman) me mandó a verlo y él que era un volante que a veces podía jugar de lateral derecho y ese día jugó del lado izquierdo y sacó un partido de Premier adelante. Y le dije a José que podía jugar de cualquier cosa. Estoy muy contento por todos los que están, tanto él como Mascherano, Ayala, Samuel, Aimar, Placente son excelentes personas y están llevando muy bien las cosas, da satisfacción que les vaya muy bien… hasta hoy», aseguró.
Lorenzo también analizó lo que puede ocurrir en el desarrollo del partido. «Argentina de pronto cuando no tiene la pelota es peligroso cuando deja a sus jugadores descolgados, son dos equipos bastante parecidos, ellos con un proceso más largo y nosotros con hambre», afirmó.
«La verdad es que nosotros necesitamos ser la mejor Colombia para ganarle al mejor de todos. Son dos situaciones coincidentes, sino rendimos lo que rendíamos, para ganarle a Argentina hay que tener la mejor versión de cada uno y multiplicarla», completó.
El recuerdo de su Villa Celina natal
En otro tramo de la conferencia, Lorenzo se puso algo melancólico. Es que en las últimas horas, el diario deportivo Olé realizó una recorrida por Villa Celina, el barrio del Oeste del conurbano bonaerense en el que creció hasta convertirse en futbolista profesional.
«Mi madre tiene 87 años, Luisa, y me llevaba con tres colectivos para ir a Lanús o Argentinos y siempre en el banquito del club de barrio. Es un ícono en el barrio mi vieja y no me dijo nada que le iban a hacer la nota. Tiene a todo el barrio llorando de emoción, por lo que contó y a mi también me emocionó mucho. Agradecimiento eterno como cualquiera con su madre», afirmó.
Y aprovechó para recordar cómo lo marcaron, además de Pekerman, otros entrenadores que tuvo a lo largo de su carrera como futbolista profesional, que lo llevó a jugar el Mundial de Italia 1990, bajo la conducción de Carlos Salvador Bilardo.
«Tuve muy buenos maestros, desde el club Riachuelo de Villa Celina, después en Argentinos Juniors y José nos agarró en una época que éramos una esponja, con 13 o 14 años. Tuve a Bilardo, a Yudica, agradecidos con todos. Siempre me gustó aprender y eso me sirvió para poder tratar de bajarle los conceptos a los muchachos, lo que yo aprendí. Me ayudó mucho el antagonismo que tenía entre Bilardo y Argentinos, entrenaba con dos sistemas», cerró.