Los delanteros de Boca no dieron la talla en el Superclásico, pero todas las críticas apuntarán a Edinson Cavani. Por su trayectoria de una década en el fútbol europeo y su perfomance de más de 400 goles (la cuenta incluye su participación en la Selección uruguaya), el delantero de 37 años nacido en Salto es una gran decepción. Marcó 3 goles en 20 partidos disputados con la camiseta de azul y oro y hace 532 minutos que no pega un grito. El último fue en octubre, en la semifinal con Palmeiras. Desde entonces, lesiones al margen, no pudo convertir. Muy a pesar del respaldo de Juan Román Riquelme y de Diego Martínez.
El entrenador lo ponderó en la conferencia de prensa, quizá buscando potencia el ánimo de un futbolista que tuvo una extraordinaria carrera, pero hoy está atravesando un momento crítico, lejos de esa expectativa que había generado cuando llegó a orillas del Riachuelo. Y realizó un extenso análisis.
“Lo saqué porque sentí que estaba cansado. Para mí, es un futbolista sensacional. Edinson es increíble. No está convirtiendo, pero ya va a convertir. Lo que trabaja. Entrena como juega los partidos. Es el primero en llegar, el último en irse. Es hiperprofesional. Los exige a todos. Está en todos los detalles”, afirmó el técnico.
“Y uno que tiene el deseo de crecer en esta profesión que ama, tener un jugador de esta categoría, del recorrido que él tiene, primero es un placer y un gran aprendizaje. Falta el gol, ya lo va a hacer. Los delanteros viven del gol. Pero para mí, un jugador es mucho más integral, nos está dando un montón de otras cosas que por ahí no lo podemos disfrutar porque entiende que el delantero tiene que hacer los goles”, agregó.
Cavani miró los últimos 35 minutos desde el banco. Foto: REUTERSLo cierto es que, más allá de las palabras elogiosas de Martínez, hay que remitirse a la prestación del uruguayo sobre el verde césped. Los números son tan incuestionables como lapidarios: Cavani no pateó al arco en todo el partido.
Además, tocó 21 veces la pelota con 13 de 17 pases precisos (76%), pero ninguno trascendente. Acertó un balón largo, que fue un cambio de frente para Luis Advíncula, ganó dos duelos por abajo y uno por arriba, perdió 5 veces la posesión y le hicieron una falta.
En la previa, los hinchas le hicieron sentir el rigor y le gritaron “gol” cada vez que tocó el balón en el calentamiento precompetitivo. En 66 minutos, casi no intervino. Tampoco Miguel Merentiel, que tocó más veces la pelota (29), pero fue menos preciso (9 de 15, 60%). Al menos, su compatriota metió un pase clave, pero sus estadísticas también fueron pobres. Claro que, a diferencia de Edi, marcó 3 goles en 7 fechas.
Cavani retrocedió mucho para conectar la pelota, una señal de que no le llegaba el juego. Pero la exigencia está en el área y en su hábitat no responde.
Cavani lucha con Paulo Díaz. Maxi FaillaDarío Benedetto ingresó a dos minutos del final. Peleó una pelota contra el banderín del córner y cometió una infracción. Su ingreso pareció un espasmo de Martínez, una corazonada que no tuvo éxito porque Pipa ni siquiera tuvo tiempo de rematar al arco de Franco Armani.
Los tres “9” de Boca no están en un gran momento. Y los que acompañan, tampoco. El ingreso de Luca Langoni no fue el revulsivo que Martínez esperaba.