La pelea más convocante en la rica historia del boxeo japonés no podía tener a otro protagonista estelar que Naoya Inoue, uno de los mejores púgiles libra por libra de la actualidad (sino el mejor), quien este lunes reunirá a 55.000 personas en el Tokyo Dome de la capital nipona en una velada que podrá verse a través de ESPN 2 desde las 5. Su contraparte en este pleito, en el que estarán en juego los cuatro cinturones de la división supergallo, será el mexicano Luis Nery, quien volverá a pisar un cuadrilátero en el país del sol naciente tras más de seis años, con un par de antecedentes deshonrosos y una larga suspensión a cuestas, y también con una voraz sed de redención.
A los 31 años, Inoue lleva ya una larga temporada en la cresta de la ola. Con un récord inmaculado de 26 victorias (23 antes del límite), ha exhibido una hegemonía abrumadora en cada una de las categorías por las que fue desfilando. Fue campeón minimosca del Consejo Mundial de Boxeo, consiguió el cetro supermosca de la Organización Mundial de Boxeo y fue monarca indiscutido en la división gallo. Todo ello antes de apropiarse de las cuatro fajas de los supergallos.
Semejante supremacía torna complicada la búsqueda de adversarios que puedan ofrecer un espectáculo competitivo con él. Después de haber noqueado al estadounidense Stephen Fulton y al filipino Marlon Tapales desde que saltó a esta categoría, no eran muchos los rivales a los que podía apuntar en las 122 libras. Uno era el uzbeco Murodjon Akhmadaliev, cuyo nombre todavía descansa en las libretas de apuntes de los manejadores del campeón. El otro, quizás el más atractivo, era Nery. Aunque el zurdo tijuanense traía adherido un conflicto de larga data.
El Pantera combatió dos veces en Japón y no dejó allí buenos recuerdos. La primera fue el 15 de agosto de 2017, cuando, con solo 22 años, noqueó al ídolo local Shinsuke Yamanaka en Kyoto y le arrebató el campeonato gallo del CMB. Pero después de ese pleito dio positivo en un control antidoping en el que se detectaron trazas de zilpaterol, un agente anabolizante incluido en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), que también se utiliza para el engorde de ganado.
Nery alegó que el zilpaterol había llegado a su cuerpo por el consumo de carne contaminada y el CMB respaldó su argumento, por lo que no lo despojó del cinturón, aunque ordenó una revancha obligatoria. Un día antes de ese desquite, pactado para el 1° de marzo de 2018, el mexicano falló groseramente en el pesaje: superó por 2,3 kilos el límite de la categoría en su primer intento y por 1,4 kilo en el segundo. Pese a ese exceso, el combate se realizó y Nery noqueó nuevamente a Yamanaka, quien luego de esa derrota anunció su retiro.
El CMB le quitó el título al vencedor y lo suspendió por seis meses. La Comisión de Boxeo de Japón (JBC) fue mucho más rigurosa: lo suspendió indefinidamente para pelear dentro de su jurisdicción. “En el boxeo, un deporte profesional en el que los límites de peso están regulados, esta acción ha causado un grave perjuicio a la credibilidad social. Pesar 2,3 kilos por encima del límite en un combate por el título mundial es una violación extrema y requiere un castigo extremo”, argumentó el organismo.
Una errónea traducción del documento de la JBC hizo pensar a muchos que la sanción era de por vida. Ello, sumado a que Nery nunca había mostrado intención de volver a pelear en territorio nipón, parecía haber clausurado definitivamente la posibilidad de un regreso. Sin embargo, el reglamento de la JBC permite que un púgil suspendido indefinidamente solicite el levantamiento de la pena después de tres años.
Luis Nery comenzó a entrenarse en enero en El Paso para su pelea con Naoya Inoue. Foto: Zanfer Boxing.El mexicano y su equipo duplicaron ese período de espera. Pero cuando comenzó a fraguarse el acuerdo para el pleito con Inoue, presentaron una carta en la que solicitaron disculpas y el restablecimiento de la licencia para combatir en suelo japonés. Lo hicieron con la certeza de que Akihiko Honda, presidente de Teiken Promotions, e Hideyuki Ohashi, CEO de Ohashi Promotions (las empresas que coorganizarán el evento junto a Top Rank), dos hombres fuertes del boxeo en ese país, aceitarían los engranajes para que ese pedido llegara a buen destino.
El pasado 26 de febrero, ante el inminente anuncio de la pelea con Inoue y luego de consultar a su Comité de Ética, la JBC levantó la suspensión que pesó sobre Nery durante 2.180 días, aunque estableció que el mexicano debía someterse a exámenes antidoping de orina y sangre realizados por la Asociación Voluntaria Antidopaje (VADA) y a controles de peso 30, 14 y 7 días antes del pleito (además del habitual el día previo). El 5 de marzo, cuando el combate fue presentado en Tokio, el CMB validó esas exigencias, aunque las fijó para ambos contendientes.
Luis Nery se ganó la oportunidad de enfrentar a Naoya Inoue tras noquear al armenio Azat Hovhannisyan. Foto: Golden Boy Promotions.Ese día, el tijuanense se disculpó públicamente. “Soy un peleador diferente, más concentrado y con más disciplina. He fallado dos veces, pero esta vez volví para hacerlo bien y para limpiar mi nombre en Japón”, afirmó. Si bien solo hizo mención a sus dos incumplimientos en los combates con Yamanaka, su foja de servicios incluye otro tropiezo: en noviembre de 2019, también falló en el pesaje antes de una pelea eliminatoria al título gallo del CMB con el puertorriqueño Emmanuel Rodríguez que terminó cancelándose.
Aquella primera versión prudente y reflexiva del Pantera fue mutando con el paso de los días. “Me disculpé solo porque tenía que hacerlo. Pero no me estaba disculpando con los fanáticos japoneses. Solo quería disculparme con Yamanaka porque no pude dar el peso”, afirmó. E incluso atribuyó ese yerro a una difusa conjura entre la Madre Naturaleza y los organizadores del evento: “Hacía un frío tremendo. No me dejaron hacer sparring 15 días antes. No me prestaron un sauna ni un gimnasio. Me cerraron las puertas en todo Japón. Ellos provocaron que no pudiera dar el peso”.
Naoya Inoue y Luis Nery se enfrentarán el lunes en el Tokyo Dome por los cuatro títulos de la división supergallo. Foto: Viva Promotions.Esta vez, el excampeón gallo y supergallo del CMB parece haber hecho bien los deberes. Se entrenó desde enero en El Paso (Texas), viajó a Japón con 15 días de antelación para adaptarse al cambio de horario y al clima, y superó cada uno de los controles a los que fue sometido en estas semanas.
Después de haber sufrido la única derrota en su carrera profesional en mayo de 2021, cuando el texano Brandon Figueroa lo noqueó con una puñalada al hígado en un duelo de unificación de los títulos de la AMB y del CMB de la división supergallo, Nery acumuló cuatro victorias en fila, entre ellas una por nocaut en el 11° asalto ante el armenio Azat Hovhannisyan que lo convirtió en retador obligatorio del Consejo.
En la potencia de sus puños (logró 27 de sus 35 victorias por la vía rápida) descansan las esperanzas del visitante, quien vaticinó, sin evidencia alguna, un atraco de los jueces en caso de completar los 12 asaltos. Además, relativizó las cualidades de su adversario: “Inoue no es tonto, sabe pelear, es rápido e inteligente, parece que tiene mucha potencia. Pero he visto sus combates y creo que está sobrevalorado. Creo que es un boxeador normal”.
Las palabras de Nery, comprensibles en la antesala de una pelea, no parecen tener un correlato en hechos. Inoue, nacido en Zama y radicado en Yokohama, es reconocido unánimemente como un fuera de serie que a los 31 años ya fue campeón en cuatro categorías y unificó los cuatro títulos principales en dos divisiones, un logro del que solo puede jactarse otro hombre: Terence Crawford, quien lo hizo en superligero y wélter (entre las mujeres, lo consiguieron Claressa Shields -superwélter y mediano- y Katie Taylor -ligero y superligero-).
Pese a ello, en estos días reaparecieron las críticas al Monstruo por combatir en su país y no fronteras afuera, pese a que en su currículum registra tres triunfos en Estados Unidos y uno en el Reino Unido. “El hogar de las divisiones pequeñas está ahora acá. Si quieren ver combates, vengan a Japón. Si hay algo en Estados Unidos que sea mejor que en el mercado japonés, con mucho gusto iré allá. Pero Japón vale la pena”, replicó el campeón a través de Twitter. De todos modos, Turki Alalshikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita, ya deslizó su deseo de llevarlo al nuevo hogar del pugilismo de elite.
Un escenario con historia
La contienda entre Naoya Inoue y Luis Nery se llevará a cabo en el Tokyo Dome, un recinto que es habitualmente utilizado para conciertos y para los partidos de béisbol que disputa como local Yomiuri Giants, el equipo más ganador en la historia de la liga profesional japonesa, pero que también tiene una potente historia vinculada con el boxeo.
El primer estadio multiuso cubierto del país fue inaugurado el 17 de marzo de 1988. Cuatro días después, el entonces invencible Mike Tyson defendió sus coronas de peso completo de la AMB, el CMB y la FIB noqueando en el segundo capítulo a Tony Tubbs ante 51.000 espectadores. Ese fue el segundo combate por un título mundial pesado en suelo nipón: el primero había sido el 1 de septiembre de 1973, cuando George Foreman despachó a José Román en el primer asalto en el Nippon Budokan y frente a 7.500 personas.
Mike Tyson fue noqueado por James Douglas en febrero de 1990 en el Tokyo Dome.Tyson, que era una superestrella en Japón, volvió a presentarse en el Tokyo Dome el 11 de febrero de 1990. Ese día, alrededor de 40.000 personas presenciaron uno de los batacazos más sonoros en la historia del deporte: su derrota por nocaut en el 10° asalto ante James Buster Douglas.
Tras ello, el coliseo no volvió a acoger una velada de boxeo (sí, en cambio, algunos eventos de kickboxing). Treinta y cuatro años después de aquel traspié de Tyson, por primera vez un púgil japonés protagonizará allí un pleito estelar que ha generado una expectativa mayúscula. Las 55.000 entradas que se pusieron a la venta se agotaron hace más de dos semanas. Así, el combate entre Inoue y Nery se convertirá en el más convocante en la historia del país.