La administración kelper de las Islas Malvinas (no reconocida por la Argentina) lanzará entre el 30 de junio y el 24 de agosto una consulta pública a sus habitantes para conocer si quieren instalar granjas masivas de producción de salmón en las aguas que los rodean.
Este tipo de negocios en el mar se prohibió en Tierra del Fuego en 2021 debido al alto riesgo ambiental que significa la producción. Su instalación no solo aprovecha recursos naturales que son argentinos y que el país reclama, sino que también podrían implicar un serio perjuicio para todo el ecosistema patagónico.
“Aunque inicialmente FIG (Gobierno de las Islas Malvinas por sus siglas en inglés) tenía previsto realizar la consulta entre abril y junio, el calendario revisado permitirá disponer de más tiempo para preparar la información de contexto y los documentos, los cuales ahora también incluirán detalles sobre la visita de investigación a las Islas Feroe», se lee en el comunicado oficial que explica la consulta. Las islas Feroe son un archipiélago de Dinamarca en donde se cultiva salmón en ese tipo de granjas.
Una vez que se termine la consulta, la Asamblea Legislativa que gobierna las islas recibirá la información y tomará una decisión al respecto. No es vinculante lo que surja de la consulta pública y ya hay un proyecto propuesto por la empresa Unity Marine.
Se trata de una compañía de capitales daneses e isleños que propone introducir la cría de salmones a escala industrial en jaulas flotantes en las aguas costeras y producir 50 mil toneladas anuales, con un potencial de 200 mil.
Sin embargo, al consultar el Facebook de la compañía se detecta un fuerte lobby en favor del proyecto, con varios posteos semanales. “Más empleos locales. Una economía local más fuerte. La cría de salmones tiene el potencial de crear más de 150 empleos a tiempo completo, apoyar a las pequeñas empresas e inyectar millones en la economía local», se lee en uno de los textos publicado el 7 de mayo.
LOS RIESGOS AMBIENTALES DE LA SALMONICULTURA
“Una granja de salmón es básicamente un feedlot en el agua. Suelen estar en el mar, a red abierta, lo que implica que todo lo que es químicos, pesticidas, etcétera, pueden fluir libremente en el agua, afectando a todo el ecosistema“, explicó a TN Catalina Cendoya, directora de la Resistencia Global contra la Salmonicultura, dentro de la ONG Por el Mar.
Según contó, cada granja puede tener de seis a 12 jaulas. “Son enormes, de hasta 160 metros de diámetro, y una profundidad de entre 30 y 60 metros. Las jaulas más chicas son del tamaño del Monumental, el estadio de River”.
Este tipo de producciones suelen darse en lugares con aguas prístinas y muy frías, que permiten el desarrollo del salmón. Como la de las Islas Malvinas.
“La salmonicultura tiene muchos impactos de índoles distintos. Son miles de peces hacinados en jaulas gigantes. Esto promueve la propagación de enfermedades, de parásitos. Hay un piojo de mar que, en condiciones naturales, encontrás 0,1 de esos piojos por salmón. En las granjas hay de 15 a 16 piojos por salmón. Esto hace que se abuse de antiparasitarios. Hay productos que tienen químicos con una enzima que impide que se formen los caparazones en especies como langostas, cangrejos, centollas“, sintetizó Cendoya.
La experta además aclaró que alrededor de estas granjas se suelen generar “zonas muertas”, es decir, aguas llenas del excremento de estos peces y sus residuos donde no puede prosperar la vida.
En 2021, aparecieron miles de toneladas de salmones muertos por falta de oxígeno en el fiordo Comau y canales Jacaf y Puyuhuapi en Chile. Las granjas habían propiciado una formación anormal de algas tóxicas.
Otra problemática se vincula con los posibles escapes de salmón de estas granjas. El salmón es un pez depredador tope de la cadena y si sale en masa, se introduce en un ecosistema del cual no es nativo. Y al no tener otro predador, ingresa una especie exótica.
“Es imposible contener a una granja de salmón en el país o provincia en el que se instale. Los salmones son peces muy atléticos, nadan muchísimo, pueden recorrer hasta 6 mil kilómetros. Si vos tenés salmones en las Malvinas, es imposible contenerlos para que no lleguen al continente”, puntualizó Cendoya.
En sus posteos habituales en redes sociales, Unity Marine enfatiza en que se realizarán rigurosos controles ambientales, aunque no están los detalles. También que la instalación de estas granjas implicará una inyección de dinero en las arcas de las islas con una suba de los ingresos de 25% por año.