Mauro Scaloni, hermano del DT de la Selección Argentina, Lionel Scaloni, fue demorado por personal policial mientras se encontraba haciendo un trámite en la Embajada de los Estados Unidos, ubicada en el barrio porteño de Palermo. De acuerdo a fuentes judiciales, tiene que ver con una causa vinculada a «extorsión y amenazas coactivas».
Mauro fue notificado de la demanda judicial que trabaja la Unidad de Investigación y Juicio de Santa Fe, a cargo de la Dra. Viviana O’ Connell, y luego fue liberado.
El hermano del entrenador argentino, quien también fue futbolista y tuvo un paso por Europa, se encontraba acompañando a su esposa, que tenía turno para sacar la visa que permite el ingreso a tierra estadounidense.
La noticia sorprendió al ambiente del fútbol y se da cuando el DT se prepara para iniciar una gira de amistosos con la Selección, casualmente en los Estados Unidos. Allí deberá enfrentar a El Salvador, el 22 de marzo, en Filadelfia, y luego jugará contra Costa Rica, el 26 de este mes pero en Los Ángeles.
Quién es Mauro Scaloni, el hermano de Lionel
Mauro José Scaloni, de 47 años, tiene dos años más y unos cuantos cabellos menos que su hermano Lionel, junto al que se crió en Pujato y con el que empezó a patear una pelota en el Club Atlético Sportivo Matienzo, uno de los dos del pueblo de alrededor de 4.000 habitantes (el otro es el Club Atlético Pujato). Desde entonces, sus caminos no se separaron durante años, gracias a la insistencia de Ángel, el padre y representante de ambos.
Lionel y Mauro se formaron en las divisiones inferiores de Newell’s. El menor debutó en Primera el 30 de abril de 1995 (16 días antes de cumplir 17 años), en un partido ante San Lorenzo, y disputó 12 encuentros en poco más de un año. En cambio, el mayor, que se desempeñaba como marcador de punta, solo tuvo actividad en la Reserva del conjunto rosarino.
Mauro y Lionel Scaloni se incorporaron a Estudiantes de La Plata en agosto de 1996.A mediados de 1996 y después de una áspera negociación con la dirigencia que encabezaba Eduardo López, los Scaloni quedaron libres y en agosto de ese año se sumaron a Estudiantes de La Plata por iniciativa de Ángel. Allí repitieron la dinámica: Lionel se afianzó rápido en Primera, al punto que su destacado rendimiento lo llevó al seleccionado sub-20 que, conducido por José Pekerman, consiguió el título en el Mundial de Malasia 1997; Mauro nuevamente debió conformarse con un lugar en la Reserva.
Ver a su hermano relegado no resultaba grato para Leo y eso llegó a generar un conflicto en el plantel. Al menos así lo reveló el exmediocampista Manuel Santos Aguilar, quien, en una entrevista que brindó al diario platense ‘El Día’ en 2019, contó que Scaloni se había negado a disputar un encuentro por la Supercopa frente a Gremio de Porto Alegre en septiembre de 1997 porque el entrenador del equipo, Daniel Córdoba, no había incluido a Mauro en la lista de buena fe del torneo.
“Tuvo una mala actitud con el plantel y tuvimos que cubrirlo. Tenía todo el apoyo de su familia y le dijo a Edgardo Valente, el presidente de aquel momento, que no iba a jugar. Nosotros tuvimos que callarnos la boca para no tirarle a toda la gente en contra. Nos dio bronca y hablamos con él. Se justificó explicando lo del hermano. Seguramente era muy chico en ese momento y estuvo mal aconsejado”, sostuvo Aguilar.
Mauro y Lionel Scaloni junto a Ángel, su padre.Cuando ocurrió aquel incidente, los días de los Scaloni en el Pincha estaban contados. A fines de agosto, Deportivo La Coruña había anunciado un principio de acuerdo para incorporar a Lionel. La operación terminó concretándose en diciembre, aunque no sin dificultades, ya que la propiedad de la ficha del jugador era un galimatías (Newell’s reclamaba una parte; Estudiantes debía, antes de venderlo, pagar una suma a la familia).
“Ha sido uno de los fichajes más complicados de la historia del club”, aseguró Augusto César Lendoiro durante la presentación del nuevo refuerzo en la sede del Deportivo en la Plaza de Pontevedra de La Coruña. Pero a su lado no había un jugador, sino dos: nuevamente por obra y gracia de Ángel, Mauro también había sido incluido en la negociación. Por los hermanos, el club gallego pagó 2,7 millones de dólares, aunque tomó el compromiso de abonar una cantidad similar si después de tres años decidía quedarse con los jugadores.
Estaba claro que Lionel llegaba para desempeñarse en el equipo que dirigía José Manuel Corral y que pujaba por eludir el descenso en la Liga de España. También estaba claro que no había lugar para Mauro en un plantel que contaba con 18 futbolistas extranjeros de ocho países. Por ello, su destino fue el Deportivo Fabril, el equipo filial del Depor, que militaba en la Segunda B.
Mientras su hermano recorría un sendero que lo llevaría a ser figura, capitán e ídolo de un club al que representó en 301 partidos y con el que logró cuatro títulos (una Liga de España, una Copa del Rey y dos Supercopas de España), Mauro permaneció nueve años en el Fabril, un hecho bastante atípico, puesto que los planteles de los conjuntos que funcionan como filial suelen nutrirse de jugadores jóvenes que dan sus últimos pasos previos antes de saltar al elenco principal. Para él, esa chance nunca llegó.
Mauro y Lionel Scaloni llegaron a La Coruña en diciembre de 1997 y partieron a mediados de 2006.En marzo de 2005, Mauro no era tenido en cuenta por el entrenador Tito Ramallo, un histórico del Deportivo que condujo al Fabril durante más de una década. Y otra vez Lionel alzó la voz por él. “Desde mi punto de vista, el club ha cometido un grave error al no utilizarlo durante tanto tiempo. Él está viviendo una situación muy injusta y quiere volver a sentirse futbolista”, contó en una entrevista publicada en el diario As. Y sugirió que su hermano podría volver a Argentina para jugar en Estudiantes. Aquello no sucedió.
Los Scaloni habían llegado juntos a La Coruña. Y juntos abandonaron la ciudad. A mediados de 2006 y pese a que todavía le quedaba un año de contrato, Mauro se desvinculó del club gallego. También lo hizo su hermano, quien había disputado el Mundial de Alemania con el seleccionado conducido por José Pekerman, pero no era considerado por el DT Joaquín Caparrós, pese a que era el capitán del equipo.
Mauro regresó a Pujato, trabaja en el campo y sigue vinculado al fútbol en la liga local.Lionel se incorporó a Racing de Santander y luego jugó en Lazio, Mallorca y Atalanta antes de su retiro, en 2015. Mauro, en cambio, dio por terminada no solo su carrera, sino también su experiencia en Europa, pese a que había pasado casi una década allí y había forjado fuertes amistades. Su futuro después de la pelota estaba escrito. “Nunca pensé quedarme allá. Sabía que lo mío era el campo y siempre supe que cuando terminara mi carrera, iba a volver a los pagos”, contó en una entrevista en Cadena 3 en agosto de este año.
Mauro y su anécdota con Lionel en el Mundial de Qatar
En los últimos años, el hermano mayor del entrenador de la Selección se dedicó a la actividad agropecuaria. Lo hace en los campos que la familia tiene en las afueras de Pujato se dedica principalmente a la cría de ganado y a la siembra de trigo. Además, le permite estar cerca de sus padres.
Allí, tierra adentro y desconectado del mundo, fue donde Mauro sufrió el partido del Mundial de Qatar entre la Argentina y México, cuando la Selección que dirigía su hermano se jugaba su futuro en la competencia.
Mauro Scaloni con la indumentaria del Club Atlético Sportivo Matienzo de Pujato.«Recibí un mensaje de mi hermano, llorando…», contó ese día Lionel en conferencia de prensa, tras el 2-0 que sirvió de despegue para el equipo. Y siguió, con un tono reflexivo que terminó marcando su ciclo: «Me dijo que se había ido al campo, que no había escuchado el partido. No puede ser. La sensación es que te estás jugando algo más que un partido de fútbol y no lo comparto. Tenemos que corregirlo”.
“Me fui al campo, no podía aguantar la presión. Desde el martes no veía televisión. No podía más de los nervios. Estábamos trillando trigo. Apagué el teléfono, apagué todo. No vi nada, no escuché nada. Hacía 40 grados. Me puse el aire acondicionado, tiré el asiento para atrás y a esperar”, contó Mauro.
Y siguió: “Cuando prendí la radio, el relator gritó: ‘Ganó Argentina’. No sabés el nudo que tenía en la panza. Ahí agarré el teléfono y le mandé a mi hermano el mensaje que contó él”.
Si bien decidió alejarse del fútbol profesional cuando cerró su etapa en el Deportivo Fabril, Mauro no se desvinculó completamente de la pelota. Desde que volvió a Pujato colabora activamente con Matienzo, el club de su infancia, que hace un par de años volvió a tener equipo en la Primera de la Liga Casildense tras ocho años de ausencia.