La lengua es un órgano muscular vital para la comunicación entre los seres humanos, pero no siempre se le presta atención, a menos que cepilles tus dientes a diario. Sin embargo, algunos especialistas advierten que esta aparte del cuerpo podría dar cuenta de alguna infección o problema de salud en desarrollo, dependiendo de su color, textura y forma. Incluso las manchas o fisuras podrían indicar que no todo va bien. Conocé un poco más al respecto.
Identificar una afección gracias al aspecto de la lengua puede ahorrarnos tiempo, solo es necesario conocer cuáles son aquellas ocasiones en las que es necesario prestar atención para recurrir cuanto antes al médico.
Este músculo sirve como una gran pared protectora que evita que las bacterias ingresen a tu organismo. Una mala higiene bucal permitiría la acumulación de microorganismos que a la larga producirían mal aliento y otras infecciones en los dientes y las encías.
Además de una función tan vital, la lengua puede evidenciar que algunas partes de nuestro cuerpo no trabajan adecuadamente. Esto puede ser por la presencia de virus, bacterias u otro causante.
En Instagram, el doctor español Alexandre Olmos publicó un video en relación con la salud bucal y habló específicamente de la lengua. Reparó en un órgano tan importante e indispensable en diferentes funciones cotidianas del ser humano y reveló cuándo hay que prestarle atención.
El profesional, que a diario comparte videos sobre medicina, dio una guía para concientizar a sus seguidores. “La lengua es una de las mejores formas para saber qué está pasando dentro de tu cuerpo. No solo refleja tu higiene, sino que revela problemas digestivos y desequilibrios hormonales”, introdujo.
Desde clínica española Dentaluz, aconsejaron a las personas a realizar un procedimiento de cuidado para reconocer el estado de la lengua y tratar a tiempo las afecciones que pudieran aparecer.
En primer lugar, para mantener tu lengua sana, es imprescindible que la cepilles bien, al igual que a tus dientes. Es un hábito de higiene diario y después de cada comida. De esta forma contrarrestarías la acumulación de bacterias dañinas allí.
En tanto, si notás que el aspecto de este músculo no cambia tras cada limpieza, lo mejor es que consultes en primera instancia con un odontólogo, quien podría más tarde derivarte a un especialista en cuestión.