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De Mar del Plata a Bahréin gracias al vóley, la historia de Santiago Faidutti

13277 kilómetros separan a Mar del Plata de Manama, la capital de Bahréin. Las dos ciudades están a la orilla del mar, el resto es bastante diferente. El país asiático es uno de los más flexibles del mundo árabe, ya que a diferencia de su vecino Arabia Saudita tiene una cultura más tolerante. Ya instalado hace más de un mes, Santiago Faidutti comentó: “Antes de venir me enfoque más en averiguar cómo era la cultura que en interiorizarme por lo que iba a ser mi trabajo”. La confirmación le llegó un domingo de enero cuando estaba en las playas marplatenses del sur. ¿Cómo le había llegado la propuesta desde un lugar tan alejado y diferente?

En noviembre Faidutti estaba en la Copa Argentina de vóley Sub 14 con el equipo de Mar Chiquita, club en el que era coordinador. En una charla con otros entrenadores de los mejores equipos del país, le comentaron que buscaban un profesor varón, que fuera joven, que sepa hablar inglés y que tenga el título internacional para ir a dirigir las selecciones de base de Bahréin y ser asistente de la Mayor. El marplatense pasó su contacto sin pensar demasiado, pero quería conocer las condiciones. Al día siguiente que terminó el torneo lo llamó el exjugador de la Selección Argentina de vóley, Jorge Elgueta, que en ese momento estaba al mando de la Selección Mayor del país asiático: “Me hizo mil preguntas y yo a él. Al ‘Negro’ no lo conocía. Me pidió un CV para llevárselo a los dirigentes, todos los días me insistía, vi que mostraba mucho interés, enseguida me di cuenta de que era un buen candidato para ellos”. 

Pasó todo diciembre y no tuvo noticias, tampoco quería insistir y ponerse ansioso. A fines de ese mes, Faidutti le mandó mensaje a Elgueta y le consultó si tenía alguna novedad, pero hasta aquel momento no había ninguna confirmación. Un domingo de enero estaba con sus amigos y le sonó el teléfono. “Te quería decir que al final te vamos a contratar a vos, en esta semana te van a estar llamando”, fueron las palabras del sanjuanino Elgueta. “Al día siguiente contraté una profesora de inglés para mejorar el idioma, cuando hablé con Jorge le fui sincero porque nunca había hecho un trabajo así, de entrenador de Selección. Estuve 15 años en inferiores en Mar Chiquita, pero justamente él quería eso, que trabaje como en el club”, contó el marplatense. 

El traslado fue más rápido de lo que pensaba, iba a ser en marzo pero desde el Comité Olímpico de Bahréin le informaron que el 10 de febrero iba a estar toda la documentación lista. Pasó menos de una semana y le dijeron que querían que fuera antes para ver las finales de la Liga de allá y conocer a los jugadores. Se despidió de todos de una semana a otra y el 3 de febrero se fue.

Las diferencias con el mundo asiático y los objetivos

Faidutti tiene contrato hasta diciembre con posibilidad de extender un año más. A Jorge Elgueta no le renovaron el cargo por lo que ahora está a la espera de saber con quién va a trabajar. “Acá hay un vóley muy rústico, tienen muy buen físico, pero le pegan a todo, falta orden y enseñarles. Tenemos distintos torneos por delante como los Juegos Asiáticos de la Juventud que se van a organizar acá”, comentó el flamante entrenador.

Bahréin cada vez le da más importancia al deporte, en abril se realizará el Gran Premio de la F1 y en los últimos años se organizaron dos Mundiales de vóley. Si bien en el mundo asiático el vóley bahreiní está debajo de países como China, Japón y Corea, la idea es crecer y posicionarse dentro del mundo árabe. “Cada día voy descubriendo algo nuevo, las instalaciones y recursos son totalmente diferentes a los de Argentina, tenemos dos canchas, piso nuevo, tenemos todos los elementos que necesitamos. Ellos solo juegan con jugadores nativos a diferencia de Qatar”, afirmó Faidutti. Además confesó: “Son personas bastante orgullosas, les molesta mucho la humillación en público, hay que cuidarse con la manera de gesticular a la hora de dar indicaciones”.

Sus inicios en el deporte

«Arranqué a los 13 años, mi escuela a la vez era un club de vóley. A los 17 años me pasé a Mar Chiquita. Cuando terminé el colegio arranqué como asistente para ayudar porque no tenía plata para pagar la cuota y así podía seguir jugando. Estaba cómodo en el club, pero nunca me había planteado la idea para seguir como entrenador. Me fui soltando, adquirí herramientas y encontré mi forma de entrenar”, aseguró Faidutti. 

«No tengo alto perfil ni me gusta mostrarme, soy de los que laburan en las sombras y con devoción para mi club y sabía que ese reconocimiento iba a llegar. Uno nunca está listo para estos momentos pero siempre tiene que estar preparado, así lo hice, nunca dejé el vóley y siempre me gustó desarrollarme en mi carrera”, sentenció el marplatense.

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