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Enzo Pérez esperó toda su vida un llamado para cumplir su gran sueño y terminó como el último ídolo de River

No hace falta aclarar porqué se llama Enzo. Su papá, fanático de River y admirador de Enzo Francescoli, no dudó ni un segundo en qué nombre ponerle a su hijo cuando nació, el 22 de febrero de 1986. Dos semanas antes, el uruguayo había retratado uno de los grandes momentos futbolísticos al dibujar una chilena en el recordado 5-4 del equipo del Bambino Veira a la Selección de Polonia en Mar del Plata.

Nacido en Maipú, ciudad mendocina, Enzo Pérez llegó al mundo en el seno de un hogar humilde, con una familia que era “nómade”, por no poder afrontar los pagos de los alquileres y tener que ir de casa en casa. Incluso, llegaron a vivir, en un garaje. Su papá, albañil, tenía trabajos por tiempos determinados. Hasta tuvo que vender la alianza para comprar comida y su mujer fingir dolores de panza para que los chicos no se quedaran sin su plato.

Mayor de cuatro hermanos, Enzo siempre cuenta que le quedó muy grabada aquella etapa en su cabeza. Y tal vez haya sido el motor de su esfuerzo para crecer en el fútbol y no parar hasta dónde llegó. La pelota siempre estuvo presente, desde que tenía uso de razón. Llegaba de la escuela, tiraba la mochila y se ponía a patear. La pasión por River, inmediatamente también empezó a fluirle por las venas. Y siempre soñó con ponerse la banda roja y jugar en el Monumental. También, con conocer a Francescoli, su ídolo.

Al uruguayo lo conoció cuando jugaba en Estudiantes. Los volvió locos a Leonardo Astrada y Hernán Díaz para que se lo presentaran. Y un día, de sorpresa, lo hicieron. Enzo había ido a ver a su hijo Marco, que jugaba en las Inferiores del Pincha y se produjo el encuentro, con foto incluida. La primera de varias que vendrían años más tarde…

Pérez y Francescoli volvieron a reencontrarse en 2017 en River. Uno como jugador el otro como mánager. El sueño de aquel pequeño mendocino se cumplía. Pero antes hubo un recorrido largo, que se inició a los 9 años, cuando entró a jugar en Deportivo Maipú, donde se curtió a patadas y pisotones. Allí permaneció hasta los 17 años, momento en el que saltó a Godoy Cruz.

Enzo Pérez conduce la pelota en su última función en River. Foto: Juan José GarcíaEnzo Pérez conduce la pelota en su última función en River. Foto: Juan José GarcíaAl Tomba llegó gracias a un selectivo con chicos de la región que armó el Gato Oldrá, al que Enzo define como “padre futbolístico”. En Godoy Cruz, Pérez fue partícipe del equipo que ascendió a Primera en 2006. Ese año, curiosamente conoció el Monumental. La pasión por River siempre estaba presente.

Entonces, tras un partido de sábado con Independiente, Enzo agarró el auto con su mujer, su cuñado y su suegro y los cuatro viajaron juntos Buenos Aires para ver el River-Boca del día siguiente (jugado el 8 de octubre de 2006) que terminó 3-1 con el gol de taco de Higuaín. Compraron las entradas de reventa en la calle.

Un año después, ya con la camiseta de Estudiantes, Enzo jugaría por primera vez en el Monumental, en un partido que River ganó 4 a 2. Sanguíneo como siempre, terminó el encuentro discutiendo con jugadores Millonarios.

En La Plata, el mediocampista iba a tocar la gloria futbolística por primera vez, al a ser campeón de América en 2009, con el equipo de Alejandro Sabella, otro técnico que le dejó muchas enseñanzas. Ese día de la final con Cruzeiro en Belo Horizonte, el 15 de julio, nació su primer hijo, llamado Santiago Enzo. El primero se lo puso la madre, Florencia, y el segundo, el padre, claro. “Fue por Francescoli, no por mí”, aclaró. Unos años después llegaría Pía.

De Estudiantes, Pérez pegó el salto a Europa para jugar en Benfica, en donde se hizo mucho más jugador. Incluso, retrocedió en el campo para jugar de doble cinco (antes lo hacía de volante derecho o más adelantado), bajo la tutela de Jorge Jesús. Luego, pasó a Valencia. En el medio, disputó el Mundial de Brasil 2014, donde tuvo un buen rendimiento en la final con Alemania. Y también iría cuatro años después a Rusia 2018. Estaba de vacaciones en Río de Janeiro cuando Jorge Sampaoli lo llamó para reemplazar a Manu Lanzini, quien se había lesionado.

Enzo Pérez lucha con Mesut Ozil en la final del Mundial de Brasil 2014. Foto: APEnzo Pérez lucha con Mesut Ozil en la final del Mundial de Brasil 2014. Foto: APEn Valencia, ya afianzado como volante central, llegó el llamado más esperado de su vida. Marcelo Gallardo quería contar con él. Y Enzo no dudó. Dejó Europa, resignó dinero y volvió a la Argentina para ponerse la camiseta de sus amores.

Empezaba a nacer así un idilio con los hinchas. Que ya había arrancado incluso antes, cuando el jugador declaró que “si le hago un gol a Boca no sé cómo voy a reaccionar”. Esos fanáticos de la banda roja que veían y ven a Enzo como uno más de ellos, de la tribuna, pero en el campo de juego. Porque si algo no le faltó a Pérez fue jugar con el corazón y dejar todo por los colores.

Enzo se va de River seis años después de su llegada a mediados de 2017 con 10 títulos, entre ellos la Copa Libertadores 2018, ganada a Boca en la final en el Santiago Bernabéu de Madrid, donde se sacó otra foto mágica con Francescoli, con la Copa en el medio. El último fue el de la noche del viernes en el Trofeo de Campeones. Y se va ganador contra Boca, al que también venció en la definición de la Supercopa Argentina en marzo de 2018, y culmina su etapa en el club con saldo positivo en los Superclásicos, al ganar 7, empatar 6, y perder 4, de los 17 que disputó.

Enzo dejó todo por River. Hasta se puso los guantes para ir al arco en el recordado partido ante Independiente Santa Fe por la Copa Libertadores 2021, que el equipo de Núñez ganó 2-1 en medio de los masivos contagios que el plantel había sufrido durante la pandemia del coronavirus. “Atajo yo, Marcelo”, le dio Pérez a Gallardo cuando el Muñeco preguntó quién se animaba en una práctica previa.

Enzo Pérez en la versión arquero. Foto: Mauro Alfieri / Pool ArgraEnzo Pérez en la versión arquero. Foto: Mauro Alfieri / Pool Argra“Cumplí todos los sueños con esta camiseta”, afirmó Enzo Pérez minutos después de dar la vuelta olímpica tras obtener la Liga Profesional en julio de este año. Fue una frase que ya olía a despedida. Ante Rosario Central, en Santiago del Estero, con 37 años, jugó su último partido con la camiseta de River y la cinta de capitán que tras el final feliz se la pusieron cada uno de sus compañeros en modo de homenaje. Recibió una gran ovación. Lo levantaron en andas antes de levantar la última copa junto a Jonatan Maidana, otro que dijo adiós. Se transformó en emblema y, por todo lo que hizo, bien ganado tendrá un lugar en la bandera de los ídolos del club. Ese club que Enzo ama desde que nació.

Todos los títulos de Enzo Pérez en River

Supercopa Argentina 2017.Recopa Sudamericana 2019.Supercopa Argentina 2019.Trofeo de Campeones 2021.Trofeo de Campeones 2023.

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