Seis palabras nomás para que nuestro héroe anónimo defina quirúgico un oficio tan sacrificado como original: «Mi trabajo empiezan donde otros gritan».
El limpiador (The Cleaner, producción de la BBC que llegó a Flow) tiene como personaje central al irónico Wicky (Greg Davies), un hombre que parece curtido por el horror. No es policía, es personal de limpieza, pero no cualquier obrero del detergente y la escoba: está especializado en quitar manchas de sangre y todo aquello que deja un asesinato.
Wicky frota eficientemente alfombras, blanquea cocinas, manipula líquidos tóxicos, se jacta del conocimiento de fórmulas químicas para el borrado del espanto. Actúa una vez que los investigadores hicieron su tarea, cuando se termina el procedimiento legal en la escena del crimen.
A bordo de su combi amarilla Volkswagen de Lausen servicios, Paul “Wicky” Wickstead va por las casas donde se cometió un homicidio y las deja relucientes. La misión lo cruza con lunáticos, asesinos, perturbados y heridos emocionales. Se mueve de a ratos como un estandapero y muchas veces funciona como el «psicólogo» de los personajes que irrumpen en cada episodio con un drama.
Adaptación inglesa de la serie alemana Der Tatortreiniger (que duró siete años), la historia es de ratos anárquica, con capítulos de 30 minutos independientes unos de otros que pueden desembocar en disímiles situaciones. Humor sobre lo espeluznante.
En su derrotero, el peón de la lavandina puede terminar en situaciones límite o incongruentes, tomado como rehén por una «cliente», interactuando con un asesino que le explica sus razones sentado a un inodoro o bordo de una silla de ruedas para empatizar con algún dueño de casa incapaz de caminar.
The Cleaner (El limpiador) la serie que puede verse en FlowUna viuda, un escritor, una aristócrata, un influencer… En cada episodio conoceremos la mente de un personaje distinto en contraposición de la psiquis del noble servidor. Hay grandes invitados como la actriz Helena Bonham Carter en el primer capítulo.
No es una comedia estándar, apta para todo público. El tipo de humor negro, absurdo, bizarro, de a momentos forzado y naif, vuelve al producto a veces un tanto chocante, pensado para los que aceptan pisar cierto escalón del chiste.
El gigante actor galés que se pone al hombro la ficción (dos metros de altura) se encargó también de la escritura de esta versión inglesa. Con un potente pasado como docente teatral, es probable que eso explique la intención y los modos que tiene frente a cámara.
De a tramos el guion incomoda. Ante ciertas conversaciones y monólogos, uno se pregunta si todo esto no podría funcionar mejor como obra teatral, si la serie no tiene presunción de teatro televisado.
Greg Davies como el charlatán Wicky.Más allá del registro usado para hacer reír, lo interesante tal vez pase por el drama contado en tono jocoso, aquellos oficios que diariamente lidian con lo tenebroso, la naturalización del trabajo de quien tiene que ponerle el cuerpo a lo que otros no harían ni a cambio de una fortuna.
Antes que de sus cepillos, sus pócimas y sus líquidos abrasivos, el particular señor del overol hace alarde de su poder con la palabra. Es un gran conversador y se luce como escuchador. En ese ida y vuelta discursivo pasa lo más importante.
El limpiador muchas veces juega a verse en el espejo de su cliente y a exorcizar fantasmas. Nunca sale ileso de una visita. Y es que hay una regla de limpieza tácita: quien esté dispuesto a purificar un ambiente, primero tendrá que ensuciarse.
El actor galés Greg Davies
Ficha
Calificación: Buena. Protagonista: Greg Davies. Dirección: Tom Marshall y otros. Emisión: Flow. (6 episodios la primera temporada).