InicioSociedadPirotecnia en Comodoro: el grito de silencio que piden los niños con...

Pirotecnia en Comodoro: el grito de silencio que piden los niños con TEA y los animales

Mientras la ciudad se vestía de fiesta, en cientos de hogares de Comodoro Rivadavia se libraba una batalla silenciosa contra el miedo. Las explosiones que iluminaban el cielo no eran un espectáculo para Thiago, un niño de 7 años con trastorno del espectro autista (TEA), sino una invasión sensorial insoportable. Para Luna, una mestiza de 5 años rescatada, no eran celebración, sino la antesala de un peligro desconocido que la hacía temblar escondida bajo la cama.

La última modificación de la ordenanza, que derogó la «pirotecnia cero» y permitió el uso de artificios lumínicos, demostró ser “un fracaso” en la práctica; según indicaron familias de niños con TEA, grupos proteccionistas de animales y gran parte de los vecinos. Lo que se vendió como una alternativa «inofensiva» se convirtió en la puerta de entrada para un uso indiscriminado de pirotecnia sonora durante las últimas fiestas, generando una regresión en el bienestar colectivo de la ciudad.

“Tengo la plata en el auto”: el papá del joven asesinado reveló un conflicto previo con “trapitos” en Comodoro

Foto de archivo

El infierno sensorial de los niños y niñas con TEA

Para un niño o niña con trastorno del espectro autista (TEA) los estruendos no son solo un ruido fuerte. Son una agresión sensorial extrema que su sistema nervioso, hipersensible, no puede procesar.

  • Dolor físico real: La hipersensibilidad auditiva hace que perciban el sonido con una intensidad multiplicada, lo que puede causar un dolor físico genuino.
  • Crisis de ansiedad y pánico: La imposibilidad de comprender el origen del estruendo y la falta de control sobre la situación desencadena crisis severas de ansiedad, con llantos incontenibles, golpes o autoagresiones.
  • Retroceso en sus avances: Un solo episodio de terror puede significar semanas de retroceso en terapias logradas con mucho esfuerzo, afectando su comunicación, sueño y conducta.
  • Aislamiento: Familias enteras se ven obligadas a aislarse, utilizando auriculares antirruido o intentando insonorizar sus hogares, mientras el mundo celebra afuera.

El terror invisible de los animales

En el universo animal, la pirotecnia no se asocia a festejo, sino a supervivencia. Su oído, infinitamente más agudo que el humano, recibe los estruendos como una amenaza mortal.

  • Pánico y fuga: Instintivamente, muchos intentan escapar del ruido y esto provoca que se extravíen, sufran accidentes o sean atropellados.
  • Daños físicos: El terror extremo puede causar taquicardias, problemas respiratorios y hasta la muerte por paro cardíaco.
  • Estrés postraumático: El miedo no se va cuando callan los cohetes. Muchos animales desarrollan fobias duraderas, mostrando temblores, inapetencia y conductas destructivas cada vez que escuchan un ruido fuerte.
  • Abandono de crías: En la fauna silvestre, el pánico puede llevar a las madres a abandonar a sus crías.

Foto de archivo

Identificaron al joven que murió tras recibir un tiro en la cara en una estación de servicio de Comodoro

Se puede celebrar sin dañar

Las fiestas son un momento de encuentro, alegría y paz. Es posible vivir la magia de la Navidad y el Año Nuevo sin que la felicidad de unos se construya sobre el sufrimiento de otros. La elección es individual y colectiva:

  • Optá por espectáculos de luces láser que ofrecen un espectáculo visual moderno y seguro.
  • Celebrá con elementos sonoros alternativos: matracas, instrumentos musicales o simplemente con el brindis y las risas de los seres queridos.
  • Reflexioná antes de comprar: cada petardo o caña que se enciende tiene una consecuencia directa sobre la salud de un niño con autismo y la vida de un animal.

Comodoro ya demostró que es posible vivir las fiestas bajo una «pirotecnia cero». Para las familias de niños con TEA, grupos proteccionistas de animales y gran parte de los vecinos, el retroceso en la normativa significó un paso atrás en la construcción de una ciudad más inclusiva y compasiva.

La evidencia de las últimas fiestas es clara: no hubo control y el sufrimiento fue generalizado. Este año, la verdadera celebración está en elegir la empatía por sobre la tradición, y el bienestar de todos por sobre un momento de estruendo.

Más noticias
Noticias Relacionadas