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Un respaldo financiero sin precedentes para Argentina

POR ERIC RITONDALE, economista jefe de Puente

Las declaraciones del Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, este lunes marcaron un punto de inflexión para la Argentina, al mostrar un fuerte respaldo internacional, a efectivizarse a través del Exchange Stabilization Fund (ESF) del Tesoro de EEUU. Con la promesa de “hacer lo que sea necesario” y subrayando que “todas las opciones están sobre la mesa” -incluyendo swaps, intervenciones cambiarias directas y compras de bonos en dólares- Bessent ofreció una demostración contundente de apoyo.

Aunque el alcance, la magnitud, la duración y los detalles concretos del paquete de asistencia financiera todavía no han sido anunciados, el gesto llega en un momento crítico para revertir la crisis de confianza y la corrida contra los activos locales que se había intensificado tras las elecciones en la Provincia de Buenos Aires. Se espera que, una vez anunciado formalmente, el apoyo del ESF quede establecido mediante un decreto presidencial (DNU) y posteriormente reforzado por la ratificación del Congreso, con respaldo de los gobernadores provinciales.

Bessent describió tres posibles herramientas del ESF para apuntalar a la Argentina: (i) líneas de swap de monedas, que proveen liquidez temporal en dólares mediante intercambios colateralizados con el BCRA o el Tesoro; (ii) intervención directa en el mercado cambiario, ejecutada a través de la mesa de operaciones de la Reserva Federal de Nueva York; y (iii) compra de deuda soberana argentina en dólares, financiada con la liquidación de activos que el ESF mantiene en cartera. Todas estas herramientas están previstas en el estatuto del ESF, aunque su factibilidad práctica y los antecedentes difieren.

Líneas de swap: el ESF otorga swaps temporales de divisas a gobiernos o bancos centrales, que funcionan como un préstamo puente en dólares garantizado con moneda local. Al vencimiento, se revierte la operación al mismo tipo de cambio: el país devuelve los dólares (más interés o comisión) y el ESF devuelve la moneda local (pesos).

Intervención cambiaria directa: el ESF puede comprar o vender divisas en el mercado usando sus reservas. Es la función clásica de estabilización: vender dólares y comprar moneda extranjera (pesos) para fortalecerla, o a la inversa. Estas operaciones suelen hacerse en coordinación con la Fed y a través de la Reserva Federal de Nueva York.

Compra de deuda soberana en dólares de terceros países: aunque el ESF normalmente mantiene títulos del Tesoro estadounidense no comercializables, puede venderlos para liberar efectivo y adquirir bonos soberanos de un país objetivo. Es, en la práctica, un crédito estructurado vía bonos, donde el ESF asume riesgo crediticio del país.

Históricamente, el ESF ha sido un instrumento flexible y de rápida respuesta frente a crisis que amenazan intereses estratégicos de EE.UU. El rescate a México en 1995 es el ejemplo más claro: un paquete de US$ 20.000 millones (equivalente al 5% del PIB de Mexico) que combinó préstamos directos, garantías de bonos y esquemas colateralizados con ingresos petroleros administrados por Pemex. Para Argentina, una ayuda de escala similar equivaldría hoy a unos US$ 35.000 millones, aunque se espera que el apoyo sea algo menor, en parte dado que el país tiene menos capacidad de ofrecer garantías como las que presentó México entonces.

No obstante; esto no es un obstáculo para el ESF. Mientras que México respaldó la asistencia con ingresos petroleros en dólares depositados en la Reserva Federal de Nueva York, Brasil en 1999 recibió apoyo sin comprometer colaterales de commodities. Este contraste sugiere que las garantías no siempre son imprescindibles, aunque sí refuerzan la confianza. En el caso argentino, YPF no puede desempeñar el mismo rol que Pemex, lo que limita las opciones de colateralización directa.

La señal del Tesoro norteamericano, combinada con la eliminación de retenciones, relajó inmediatamente las condiciones financieras locales en la previa electoral. Potencialmente, el respaldo del ESF abre la puerta a avanzar hacia la eliminación de controles cambiarios, hacer del peso una moneda totalmente convertible y migrar hacia un régimen de flotación administrada, entre otros cambios de política que pueden venir por delante.

El mercado reaccionó con fuerza: los bonos soberanos en dólares treparon hasta 18%, una suba nunca antes vista, las acciones un 17%, y el peso cerró 70 pesos por debajo del techo de la banda, con las tasas de contado con liquidación cayendo 8%. La suba, que comenzó con bonos y acciones abriendo más de 10% arriba, se consolidó durante toda la rueda. Tras las palabras de Bessent y la eliminación de retenciones a las exportaciones de granos y carnes, el Banco Central no necesitó intervenir en el mercado cambiario, después de haber vendido más de US$ 1.000 millones la semana anterior. La brecha cambiaria se redujo abruptamente, del 5% del viernes al 1.5% al cierre, en tanto los bonos en pesos también se sumaron al rally con subas promedio del 7% en toda la curva.

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