En 2019, YPF probó con el Tango FLNG, un pequeño barco de licuefacción construido por la china Wison con capacidad para 600.000 toneladas de gas natural licuado (GNL) al año. Fue una experiencia breve, interrumpida por la pandemia y el derrumbe del precio del petróleo, pero dejó un antecedente clave: el gas de Vaca Muerta podía transformarse en GNL y llegar a mercados internacionales sin gasoductos.
El Tango fue uno de los siete barcos de este tipo en operación en el mundo. Hoy sigue activo en Mozambique bajo control de Eni, mientras otro de Wison opera en el Congo. Esa experiencia se transformó en un “ratón de laboratorio” para una tecnología que ahora vive un auge global.
En la cumbre del gas Gastech 2025, realizada en Milán, YPF confirmó que cerrará contratos con Wison y Samsung para una nueva generación de barcos licuefactores. Dos serán provistos por la china Wison y uno por la coreana Samsung, junto a Shell y la italiana Eni.
Cuáles son los actores en juego por Manantiales Behr, la última joya dorada de YPF en Chubut
Cada barco tendrá capacidad para producir 6 millones de toneladas de GNL por año, diez veces más que el Tango original. El presupuesto estimado por unidad ronda los 3.000 millones de dólares, cifra que la petrolera considera sostenible dado que las exportaciones previstas se “pagarán solas”.
Ventajas frente a las plantas en tierra
El plan de exportación Argentina LNG, que se desarrollará en Río Negro, se inclinó por la modalidad flotante tras la salida de Petronas del proyecto original de planta en tierra. La construcción de un buque toma alrededor de tres años y resulta menos costosa que levantar una planta fija.
Además, el financiamiento suele incluir líneas de crédito blando ofrecidas por los propios fabricantes, lo que representa un alivio para compañías como YPF, que necesita sostener un ambicioso plan de inversión de más de 50.000 millones de dólares entre infraestructura y producción.
Petróleo en caída: en 10 años la cuenca San Jorge perdió 36% de reservas y Santa Cruz retrocedió 60%
Los buques flotantes no son simples barcos: son fábricas en el mar. Reciben el gas por gasoducto, lo procesan, lo enfrían hasta convertirlo en líquido y lo cargan directamente en metaneros para exportación. Esta modalidad permite a países con cuencas alejadas de los centros de consumo —como Argentina— ingresar rápidamente al mercado global de GNL.
Para Vaca Muerta, significa contar con un canal directo de exportación sin depender de grandes obras terrestres de licuefacción, aunque sí se necesitan gasoductos dedicados para alimentar a las terminales flotantes.
Competencia global y futuro inmediato
Wison y Samsung dominan este nicho industrial. Mientras la coreana opera unidades con Petronas en Malasia y en Canadá, Wison consolidó su presencia en África y ahora busca dar un salto con Argentina. La diferencia entre ambos fabricantes no es solo tecnológica, sino también operativa: los barcos de Samsung requieren hasta 150 tripulantes, mientras que los de Wison pueden funcionar con apenas 44.
YPF inició trabajos previos a la perforación de tres nuevos pozos en Palermo Aike
El desafío inmediato para YPF será cerrar los contratos vinculantes con Wison antes de fin de año y asegurar que la primera etapa del proyecto, liderada por el consorcio Southern Energy, comience a producir en 2027.
Con estas fábricas flotantes, Argentina apuesta a convertir su gas en un producto exportable de escala mundial, sumándose a un club reducido de países con capacidad de licuefacción flotante.