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Arranca la segunda fase del plan: nuevas letras, emisión cero y dudas por las reservas del Central

Luego de una semana plagada de anuncios, este lunes comienza a regir la segunda fase del programa económico. Con foco en la «emisión cero», el Banco Central volverá a a estar en el centro de las miradas del mercado: controlará la política monetaria a través de la emisión de las nuevas Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), continuará su intervención en la brecha cambiaria con ventas en el dólar financiero y podría convalidar una suba de tasas; mientras los inversores ponen en duda su capacidad de hacerse de reservas en este nuevo contexto.

La semana pasada, el Gobierno consiguió «domar» a una brecha cambiaria que se había desbocado hasta coquetear con un nivel del 60% y estabilizarla en torno al 40%. Con un dólar más calmo que en semanas anteriores, las dudas del mercado se plasmaron en una nueva suba del riesgo país, que volvió a rozar los 1.600 puntos, al cerrar el viernes en torno a las 1.590 unidades.

Después de haber saldado cerca del 80% del stock de puts, el seguro de liquidez que el Central les ofrecía a los bancos por la compra de bonos del Tesoro, desde este lunes el organismo que preside Santiago Bausili avanzará en la esterilización de los pesos asociados a los pases pasivos, que dejarán de existir.

La apuesta oficial es que ese stock, que a mediados de mes representaba $11.5 billones, se traslade paulatinamente a las LEFI, que fueron emitidas el jueves pasado. Para esto, se necesita primero que se realice un canje de bonos entre el Central y el Tesoro: este último le entregará las LEFI a la autoridad monetaria a cambio de un conjunto de títulos públicos que están en la cartera del Central.

Luego el Central comenzará a operar diariamente con las LEFI, que solo podrán ser ofrecidas a los bancos.. Este lunes, al comienzo de la rueda, el BCRA deberá informar al mercado cuál es la tasa inicial de estas nuevas letras. En la City especulan que de la mano del nuevo instrumento, que se regirá por la tasa de política monetaria, el organismo convalide una nueva suba de tasas, aunque no hay confirmaciones oficiales al respecto.

«Queda todavía el interrogante sobre la posible suba de la tasa de política monetaria luego del debut de las LEFI. Mientras la inflación no perfore con comodidad 4% mensuales las tasas de interés pasivas se mantendrán en terreno negativo, desincentivando los depósitos en pesos», advirtieron en Delphos.

Con todo, en el mercado entienden que esta nueva estrategia monetaria apunta profundizar la hoja de ruta para la salida del cepo que fue planteada por el presidente Javier Milei en varias oportunidades en los últimos meses. En la consultora LCG señalaron que los efectos de esta nueva política monetaria «son más bien cosméticos » y «no necesariamente nocivos».

«En esencia, son los mismos Pases pero ahora a cargo del Tesoro. En la práctica, funcionarán como un destino inmediato de los excesos de liquidez de los bancos, quienes podrán revender las letras a valor técnico (con los intereses acumulados) al BCRA en caso de necesidad de liquidez. Al comprarse y venderse diariamente (aunque el plazo de emisión sea de un año) a valor técnico y al tener una tasa variable, se están replicando las condiciones financieras de los antiguos pases pasivos, que eran a 1 día», explicaron y recalcaron que sus efectos «son de segundo orden».

Mientras el Gobierno intenta despejar el horizonte de los pesos, todas las dudas del mercado están puestas en el frente cambiario, sobre todo en la capacidad del Banco Central de recomponer las reservas necesarias para afrontar los vencimientos de deuda de los años venideros

«Frente a un segundo semestre en el que estacionalmente el BCRA es vendedor neto, el gobierno aclaró que se esterilizará toda la emisión por este concepto desde mayo, lo que implicaría una salida de unos US$ 1.900 millones que el Banco Central realmente no posee», señaló José Echagüe, de Consultatio. Si bien se estima que la intervención de las últimas ruedas en el mercado de bonos para bajar el precio del CCL fue todavía marginal, este nuevo mecanismo genera dudas hacia adelante.

«El desplome de la brecha cambiaria desde 55% a la zona de 40% no puede interpretarse como un «visto bueno» de los inversores a las últimas medidas sino más bien como la respuesta de un mercado regulado que se vio amenazado por una ampliación de la oferta», sumó Echagüe, quien señaló que la caída de los precios de los bonos es el principal indicador de este nerviosismo de los inversores.

«Si con este nuevo esquema el BCRA no puede acumular más reservas, los precios pueden seguir sufriendo», advirtió y agregó: «Otra forma de verlo: ¿cuánto tiempo aguanta la compresión de la brecha con un riesgo país en ascenso? La historia deja en evidencia que esta tendencia no suele mantenerse en el tiempo, y más temprano que tarde las dos variables se mueven en conjunto».

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