El presidente de Estados Unidos Donald Trump, junto a otros altos funcionarios, rindió homenaje al activista de ultraderecha Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre en la Universidad de Utah, en un acto celebrado en el Estadio State Farm de Glendale, Arizona. Al inicio de su encendido discurso, apuntó con determinación contra el presunto asesino, a quien señaló como un “monstruo radicalizado y de sangre fría”, generando fuertes reacciones.
Siguiendo a la declaración de la viuda del joven líder y nueva directora ejecutiva de Turning Point USA, Erika Kirk, quien sorprendió al anunciar que perdonaba al acusado, Trump lo recordó como un joven que “fue asesinado por decir la verdad que estaba en su corazón”. Además, dedicó un pasaje para marcar una diferencia con el homenajeado: “Era un misionero con un espíritu noble y un gran propósito. No odiaba a sus oponentes. Quería lo mejor para ellos”, señaló, antes de desviarse del guion y añadir: “Ahí es donde discrepé con Charlie. Yo odio a mi oponente. Y no quiero lo mejor”.
Al concluir su discurso, subió al escenario a Erika Kirk y la abrazó con cierta incomodidad, mientras un emotivo coro interpretaba America the Beautiful, poniendo así un cierre solemne y cargado de significado.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
El evento, titulado “Construyendo un Legado: Homenaje a Charlie Kirk”, reunió a 73.000 personas e inició con cánticos evangélicos y el himno nacional, generando gran emoción entre los asistentes. A lo largo de la ceremonia, el pastor Rob McCoy abrió el acto y se sucedieron discursos de Trump, el vicepresidente JD Vance y Erika Kirk, mientras la música estuvo a cargo de artistas cristianos como Chris Tomlin, Brandon Lake, Phil Wickham, Kari Jobe y Cody Carnes.
Se reforzó al máximo la seguridad del encuentro: el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) lo clasificó como evento especial de nivel 1 (SEAR-1), la categoría más alta, destinada a acontecimientos de gran magnitud como el Super Bowl. A la protección contribuyeron el Servicio Secreto, en coordinación con agencias estatales y locales.
Algunos de los presentes fueron la secretaria general de la Casa Blanca, Susie Wiles; el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr.; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard; el vicesecretario general de la Casa Blanca, Stephen Miller; Donald Trump Jr.; el comentarista Tucker Carlson; y Elon Musk, exasesor principal del presidente estadounidense, quien conversó animadamente con Trump cuando el secretario de Defensa, Pete Hegseth, comenzaba su discurso.
Quién era Charlie Kirk, el joven líder y referente del movimiento conservador de Estados Unidos
El militante de derecha y cercano al presidente estadounidense Donald Trump era padre de dos hijos y saltó a la escena nacional en 2012, a los 19 años, al fundar Turning Point USA (TPUSA), una organización juvenil sin fines de lucro destinada a movilizar a jóvenes en defensa de los valores conservadores, el libre mercado y el individualismo. A partir de entonces, se convirtió en una figura central del movimiento conservador en Estados Unidos.
Su presencia en conferencias, redes sociales, programas de radio y podcasts lo consolidó como uno de los principales voceros de la nueva derecha, especialmente entre los jóvenes. A través de TPUSA, criticó con fuerza a la izquierda, al “big government”, al avance del progresismo cultural en los campus universitarios y a sus aliados políticos cercanos.
A pesar de su estilo directo y confrontativo, que le granjeó seguidores, también generó detractores y acusaciones de que su organización fomentaba la polarización y difundía información inexacta o engañosa.
En relación a su carrera pública, Kirk enfrentó constantes cuestionamientos por la difusión de datos falsos y por el tono agresivo de sus intervenciones, y muchos críticos lo responsabilizaron de alimentar la división política y la radicalización de ciertos sectores juveniles. Para sus seguidores, sin embargo, representaba una voz firme en defensa de los valores tradicionales y un contrapeso frente al avance de las ideas progresistas en la sociedad estadounidense.
MV / EM