Hay algo de este Boca que le toca conducir a Miguel Ángel Russo que hoy parece quedar en el olvido. Es nada más y nada menos que el actual plantel se armó para ganar cosas importantes. Y que -paradójicamente- ayer se salvó por poco de quedar último en su zona. Esa alta expectativa había quedado planteada cuando el libro de pases del verano cerraba y los refuerzos parecían ya sí darle un salto de calidad, con la serie de repechaje contra Alianza Lima a la vuelta de la esquina y el Mundial de Clubes en la mira.
Es que, además de la llegada de los nombres más buscados en los últimos tiempos (Carlos Palacios, Alan Velasco), y de la sorpresa que implicó Ander Herrera, todo parecía encaminado a que Leandro Paredes se incorporara de inmediato. Sin embargo, enseguida llegó el porrazo de la serie perdida ante Alianza Lima. Y los replanteos, y las dudas alrededor de Fernando Gago, que parecían insólitas por el poco recorrido que tenía en el cargo.
Claro que la crisis de Boca no se inició ese fatídico 25 de febrero, con el penal que Velasco falló para terminar de perder una tanda mal parida desde las indefiniciones acerca de quién sería el arquero. No. Los golpes se acumulan desde más atrás, aunque no hay que viajar tanto en el tiempo ya que con retroceder un año el reloj alcanzaría para empezar por un punto culminante del 2024: la eliminación de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro, también en los penales.
Leandro Paredes –
Paredes: «Cuando no se dan los resultados, hay que mostrar carácter. Hoy dimos otra imagen»
Leandro habló tras la igualdad ante Racing, expresó que el equipo tuvo «personalidad» y le agradeció a los hinchas «por estar siempre presentes» más allá del mal presente del equipo.
Ese día se empezó a terminar el ciclo del primer DT del Juan Román Riquelme presidente. Y fue una caída que caló hondo porque para Boca el tránsito por esa competencia clase B del continente se imponía como un trámite que lo debiera haber puesto al menos en las perdió casi un mes más tarde con River su suerte quedó sellada y siete días después renunció.
Boca Juniors –
El desahogo de Riquelme tras el gol de Boca
Video: ESPN
Sin embargo, el carro ahí siguió andando, a diferencia de lo que pasó en la agonía del ciclo de Gago. Esos meses transcurridos -aún con muchas victorias- entre Alianza y la nueva derrota con River, empezaron a dejar heridos en el camino: jugadores relegados sin demasiada explicación, problemas más pronunciados en el vestuario y la decisión mayor en cuanto a protagonistas, que sería abrirle la puerta de salida a referentes hasta poco tiempo antes intocables.
Así llegó el final de Gago, y así volvió Russo, con la lista negra en sus manos y la misión de imponer reglas propias y ajenas. En materia de resultados, parecía haber arrancado con el pie derecho con dos presentaciones promisorias ante Benfica y Bayern Munich en el Mundial de Clubes, pero el empate ante Auckland fue un anuncio del estado del equipo, el cual quedó claro en su regreso al país.
La crisis se profundizó a lo largo de julio. Primero, con una mini pretemporada que agudizó los conflictos. Segundo, con los resultados que no llegaron y por ende no ayudaron a resolver ninguno de ellos. Y tercero, con las decisiones de las últimas horas, en las que Riquelme removió a parte de su círculo íntimo en pos de mostrar gestión ante el difícil momento y -posteriormente- con la primera salida fuerte, es decir la del ex capitán Rojo.
Ese fin de ciclo, justamente, grafica mejor que ningún otro el final de una era. Más aún que el de cualquier técnico, porque los trascendió a todos los que se sucedieron con Román a cargo del fútbol. Con muchos ítems discutibles en su haber, Rojo siempre tuvo a JR como principal defensor, por lo que -de alguna manera- terminar separándolo del plantel y posteriormente firmarle la salida del club del modo en que lo hizo termina siendo una señal de estar asumiendo el fracaso. El fracaso de una era en medio de su gestión.
Lo que sigue para Boca es salir de perdedor, romper la racha de 12 partidos sin ganar. Y evitar ese colmo que sería caer en la cola de la tabla, algo inédito en la historia. Ayer, por lo pronto, zafó: la victoria de Barracas ante Aldosivi evitó que quedara último en la Zona A. Justo en un día en que la ausencia de Russo en la conferencia post partido sembró más dudas que nunca, más cerca de irse que de permanecer en el cargo. Y que si sucede, será el alerta de que el último tendrá que apagar la luz.
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