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Chefs a domicilio: cómo es la experiencia de contratar a un cocinero, dónde buscarlo y cuánto cuesta

La propuesta suena más que tentadora y pega de lleno en los paladares más exquisitos. Dos jóvenes emprendedores porteños encontraron un punto de contacto en sus inquietudes gastronómicas y decidieron crear una plataforma web que reúne los recorridos curriculares de más de 200 chefs del país, para brindar a través de esas manos expertas un servicio personalizado al público.

Pero, en este caso, el sitio www.maichef.com.ar no ofrece esas prestaciones en el tradicional ámbito de los restaurantes u otros locales comerciales de comida, sino que propone experimentar la ceremonia de la preparación y la degustación del menú en la propia casa de los clientes.

El primer paso del proyecto estuvo a cargo de Sebastián Alias, de 35 años. En 2018 empezó a desarrollar un sitio online que apuntaba a transformar la manera en que las personas se vinculan con la gastronomía. Para eso contaba con la información que había recabado a través de su profesión como licenciado en Recursos Humanos y su vocación de viajero, que ya suma visitas a 75 países de los cinco continentes.

Luego, Alias se reencontró después de varios años con su amigo de la infancia Pablo Marzocca y juntos se abocaron a la tarea de convocar a cocineros con o sin título, una condición decisiva aunque no excluyente, decididos a demostrar su talento en eventos privados, un desafío bien diferente del planteado por las exigencias del restaurante.

El «showroom»: una muestra abierta de la preparación del menú en casa de los comensales.

“Priorizamos a la gente con mucha experiencia -tres años como mínimo- y nos entrevistamos con cada chef para evaluar el perfil. De todas maneras, es obligatorio haber realizado un curso de Manipulación de Alimentos”, aclara Alias.

A favor de las inquietudes de los anfitriones de una pomposa cena íntima, una celebración familiar, una reunión de amigos o algún evento empresarial, el amplio abanico de menús posibles parece no detenerse en ninguna frontera geográfica ni cultural. Abarca las especialidades de los cinco continentes, aunque prevalecen los pedidos por los sabores tradicionales de las cocinas internacional, mediterránea, italiana y francesa.

Mientras la empresa se encarga de “fidelizar al chef y otorgarle beneficios”, el propio dueño de casa se ocupa de elegir desde la web el tipo de menú, la cantidad de pasos y al especialista que mejor interprete su idea. El cocinero, por su parte, cumple a rajatabla con cuatro consignas anunciadas de antemano: la compra de ingredientes, la preparación de la comida en la casa del cliente, el servicio en la mesa y la limpieza de las instalaciones.

La experiencia puede ser aún más completa con la demostración del proceso de elaboración de los platos a la vista de los comensales. Después, a la hora del veredicto, los clientes pueden volver a sumergirse en la página de Internet con el fin de valorar la calidad gastronómica, la presentación y la atención recibida.

Los cocineros que se pueden contratar están capacitados para ofrecer especialidades de los cinco continentes.

“Muchos suponen que se trata de un servicio premium, pero no es tan caro. En nuestro caso, los tres pasos de entrada, plato principal y postre promedia entre 45 mil y 50 mil pesos. También es posible pedir menús de cuatro o cinco pasos”, explica Alias, quien desborda de optimismo por el convenio que Maichef acaba de firmar con la cadena de cines Sunstar.

La plataforma de los chefs a domicilio forma parte de los cortos publicitarios en salas de Ushuaia, Tucumán, Bariloche, Río Cuarto, Santiago del Estero y Posadas. De a poco, la expansión de Maichef -cuyo alcance inicial abarcaba Buenos Aires, Bariloche y Tucumán- se abre paso en todo el país.

Los chefs que aspiran a esta modalidad de visitas por trabajo a domicilio se registran en la plataforma y ofrecen sus prestaciones en forma gratuita. Sólo se les cobra una comisión cuando el cliente reserva sus servicios. Muchos de ellos llegan a través de la asociación que vincula Maichef con la bolsa de trabajo del Instituto Gato Dumas.

Sebastián Alias y Pablo Marzocca, los creadores de la plataforma web Maichef.

En esa prestigiosa escuela perfeccionó sus conocimientos culinarios Lorena Romano, parte del plantel de Maichef desde marzo. Nueve años antes, el fascinante universo de la cocina la empujó a dejar de lado su profesión de ingeniera Industrial.

En esa experiencia acumulada entre hornallas, ollas y sartenes, la mujer, que reside en el barrio porteño de Flores, reconoce como referencia formadora a su abuela: «Eran inigualables sus recetas, su torta de ricota y las tortas fritas.»

Mientras tanto, la hija de Lorena ya perfila su camino gastronómico y ya se enfoca en la pastelería.

“La posibilidad de cocinar a domicilio es algo nuevo, un boom que permite a los clientes ver los ingredientes a usar y todo el proceso, algo bastante más ameno que el catering -en el que todo llega ya preparado- o el clásico programa de cenar afuera, a veces con el trastorno de tener que esperar y pasar frío. En este caso, todo se hace con amor e incluso la evaluación que hace el cliente nos ayuda a crecer”, pondera Romano, cuya fama ya trasciende los límites de CABA.

Del listado de cocineros de Maichef se desprende también el nombre de Daniel Ignacio Adrogué, de Florida, partido de Vicente López, y cuya experiencia profesional registra una década de trabajo desde una plataforma similar creada en España.

El sushi es una las especialidades más demandadas por los clientes.

Si bien es un reconocido autor de platos de fusión asiática -además de especialidades autóctonas, mediterráneas, internacionales, francesas e italianas-, Adrogué prefiere no ocupar su tiempo en la preparación de las distintas variedades de sushi: “Es una moda que alcanza tres o cuatro de cada diez demandas de los clientes, especialmente jóvenes.»

Este chef, que recuerda con especial gratitud los conocimientos que le transmitió Mercedes, una eximia cocinera tucumana que trabajó durante treinta años en su casa familiar. cuenta que el mayor desafío lo proponen los clientes de mayor poder adquisitivo cuando le piden algo bien específico: «Quiero lo mismo que comí en París”.

Pero este hombre, fogueado en el Instituto Gato Dumas y luego designado chef ejecutivo de cocina caliente en una empresa japonesa con base en Nordelta, lejos de esquivar el bulto, no duda en rendir examen cada vez que le toca ser el cocinero elegido. Todo sea para satisfacer a los comensales y volver a ser requerido.

AA

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