En diálogo con Canal E, el economista Félix Schmidt analizó el vencimiento de deuda en pesos, la evolución del dólar, el riesgo país y los desafíos del Gobierno de cara a las elecciones de septiembre.
Reacomodando el mercado antes de las urnas
Con un vencimiento de casi $12 billones en títulos, la atención de los inversores y el Gobierno está puesta en el nivel de renovación de la deuda y en la tasa de interés que se logre pactar. Según Schmidt, «el Gobierno busca normalizar las tasas tras el desarme de las Leliqs» y reducir la incertidumbre que provocó tensión en el dólar y en el mercado.
El economista explicó que “las expectativas del mercado indican que el Gobierno no está ofreciendo una tasa suficientemente atractiva para quedarse en pesos”, lo que podría reactivar la presión dolarizadora. De todas formas, sostuvo que el objetivo oficial sigue siendo alcanzar un roll-over total de los vencimientos, aunque aclaró que “probablemente se quede corto respecto al 100%”.
La reciente baja de retenciones al campo también fue destacada por Schmitt, quien señaló que “el Gobierno manejó muy bien el timing político del anuncio”. Sin embargo, advirtió que “esa baja ya estaba descontada por el sector y no tendrá el mismo efecto que hace dos semanas”.
A su vez, alertó sobre un posible impacto en la inflación: “Al bajar las retenciones, los precios internos pueden ajustarse al alza por efecto de los precios internacionales”.
Inflación, reservas y riesgo electoral
Consultado sobre la evolución de los precios, Schmidt fue cauto pero optimista: “La inflación seguirá debajo del 2%, aunque con una tendencia creciente moderada”. No obstante, destacó la necesidad de monitorear el contexto, dado que en agosto vence una suma mayor a $30 billones, lo que podría generar nuevos episodios de volatilidad si el mercado no acompaña.
En cuanto al panorama político, Schmidt remarcó que “el mayor activo del Gobierno es la baja de la inflación, pero puede volverse en contra si la gente siente que llega con menos dinero a fin de mes”. Las elecciones en la Provincia de Buenos Aires serán un termómetro clave: “Ahí se va a testear el respaldo social al rumbo económico actual”, indicó.
Sobre posibles escenarios post-electorales, opinó que una derrota pareja no comprometería al Gobierno, pero advirtió que “una derrota dura podría generar más dudas sobre el plan económico y poner en jaque la confianza del mercado”. En particular, esa percepción afectaría a la principal debilidad de la gestión actual: la escasez de divisas.
Finalmente, Schmidt se refirió al riesgo país, estancado por encima de los 700 puntos básicos. Según su visión, “el mercado no está viendo señales claras de que el Gobierno esté atacando el problema estructural de la falta de dólares”, por lo cual no anticipa una mejora significativa en el corto plazo.