No es casualidad que la China Suárez y Mauro Icardi estén siempre envueltos en rumores, escándalos y, sobre todo, triángulos amorosos. Los astros no mienten: sus cartas natales reflejan personalidades magnéticas, impulsivas y con una tendencia marcada a dejarse llevar por el deseo. ¿Infieles por naturaleza? Todo parece indicar que sí.
Eugenia “La China” Suárez nació el 9 de marzo de 1992, bajo el signo de Piscis. Sin embargo, su ascendente en Leo y la presencia de Venus en Aries le dan una impronta muy diferente al estereotipo de la pisciana sensible. “Soy intensa y me enamoro fácil”, ha dicho ella más de una vez.
Esa intensidad no es casual: su Venus ariana la vuelve pasional, impulsiva y con una fuerte necesidad de conquista. Si se aburre, se va. Y si la desafían, se queda. La China busca adrenalina, y cuando la encuentra, rara vez piensa en las consecuencias.
Mauro Icardi, en tanto, nació el 19 de febrero de 1993. Es Piscis, como ella, pero su carta natal tiene ingredientes explosivos. Ascendente en Géminis y Luna en Aries: dos posiciones que indican dualidad, seducción constante y un ego difícil de controlar.
El ascendente geminiano lo hace encantador y contradictorio, mientras que la Luna en Aries le aporta una fuerte necesidad de acción y reconocimiento. Para Mauro, el amor es una conquista permanente. No soporta el aburrimiento, y cuando lo siente, busca algo nuevo… o alguien.
Si bien ambos comparten el Sol en Piscis —lo que los hace emocionales, soñadores y con una percepción casi mágica del amor—, los aspectos más fuertes de sus cartas los empujan a repetir patrones de infidelidad y deseo incontrolable. Piscis tiende a idealizar, pero sus impulsos arianos y geminianos los empujan a la acción sin medir consecuencias. Ambos buscan ser deseados, admirados y libres.
UN VÍNCULO POSIBLE, PERO PELIGROSO
¿Podrían haber sido pareja? Astrológicamente, sí. Incluso podrían haber tenido una relación tan apasionada como caótica. Son signos que se entienden desde el misterio y la intensidad, pero también se chocan desde el ego, el orgullo y la necesidad de atención. Es un vínculo donde la traición no sería un accidente: sería parte del contrato emocional.
La sinastría entre ambos muestra una conexión kármica. Se entienden en la sombra, se atraen desde lo prohibido. No es casual que sus nombres siempre estén en las portadas cuando se trata de engaños y escándalos amorosos. La China, con su historial de relaciones con hombres comprometidos; Icardi, con su fama construida en base a su escandalosa historia con Wanda Nara. Son espejos, y los espejos no siempre devuelven imágenes bonitas.
En definitiva, sus cartas natales marcan una tendencia a la infidelidad emocional y física. No porque sean malas personas, sino porque son hijos del deseo, guiados por la intensidad y una búsqueda constante de sentir más. En el amor, son fuego bajo el agua. Y eso, en astrología, siempre termina explotando.