Los últimos movimientos en el mercado cambiario sorprendieron a los financistas. El dólar mayorista picó el viernes pasado a los $1.215 —luego rebajó a $1.189 hacia el final de la rueda— y acumuló una suba del 5,1% a lo largo de la semana.
Para los operadores, la tasa de interés efectiva que Economía convalidó en la colocación del Bonte 30 (en pesos) —del 31% anual— fue superior a la esperada y la sospecha es que los inversores de Wall Street estiman un escenario inflacionario más duro para la economía argentina.
Esa expectativa se trasladó rápido al mercado cambiario. Y el dólar —cuya demanda se venía agrandando en los días previos— se potenció hacia el final de la semana.
Luis Caputo, en este contexto, se vio obligado a poner paños fríos, de cara al inicio de esta semana.
«No puede haber ningún cimbronazo cambiario, como algunos dicen, porque el modelo está desarrollado para que no pase», aseguró el ministro de Economía durante un encuentro organizado por la Fundación Federalismo y Libertad, en la provincia de Tucumán.
¿Se terminan los dólares de la soja?
El último reporte de la Bolsa de Cereales dice que los chacareros ya levantaron el 80,7% de la producción de soja. Queda menos del 20% por cosechar.
El problema para Caputo es que —si bien la liquidación de divisas vino a buen ritmo en las últimas semanas— buena parte de la cosecha de soja todavía se encuentra en los silobolsas. «Los productores no quieren vender a este precio del dólar. Y a muchos no les importa que quede solo un mes con el beneficio de la rebaja de las retenciones. Prefieren esperar a ver qué pasa después de las elecciones», dice a iProfesional un consultor del agro que pide reserva de su identidad.
En las próximas horas, las cerealeras reconocerán que durante mayo se liquidaron alrededor de u$s3.000 millones.
De ese monto, el Banco Central no compró ningún dólar. El total fue adquirido por el sector privado, que sigue ávido por divisas a pesar de la estabilidad de la estabilidad cambiaria.
Reservas: cuántos dólares quedan en el campo
De acuerdo a estimaciones de los economistas Tomás Rodríguez Zurro y Emilce Terré, de la Bolsa de Rosario, lo mejor de las liquidaciones agropecuarias pasarán en este primer semestre, que cierra dentro de un mes.
«Se estima que el primer semestre cierre con una liquidación cercana a los u$s18.200 millones, un 26% por encima del primer semestre de 2024. Como contracara, se proyecta que en la segunda mitad del año, sin los incentivos tributarios, el flujo de divisas tendería a moderarse y se ubique en u$s13.400 millones, 17% menos que en el segundo semestre del año pasado», refrendaron los expertos.
El apuro de Luis Caputo
Para los meses que restan hasta las elecciones, el ministro de Economía necesita que empiecen a entrar los dólares del «colchón» pero —sobre todo— los capitales financieros que aguardan la baja del «riesgo país» para volver a comprar bonos de la deuda pública argentina.
El Gobierno no demuestra ninguna preocupación por el incipiente déficit de cuenta corriente, básicamente explicado por la explosión de turistas argentinos en el exterior.
Pero hay otra variable que ya encendió luces amarillas: el superávit comercial se achicó en los últimos tiempos, y para abril fue de algo más de u$s200 millones. Muy poco para los requerimientos de la economía.
Los dólares del colchón: la mira en Axel Kicillof
Por ahora no hay ninguna señal de que los dólares de las familias estén saliendo del «colchón» o de las cajas de seguridad.
Desde que se hizo el anuncio para promover el uso de esos dólares para hacer inversiones o consumos, los depósitos en dólares en los bancos retrocedieron en u$s270 millones. «Por ahora, los dólares del colchón no se tocan», grafica el economista Amilcar Collante.
¿Cambiará la dinámica en las próximas semanas? Difícil por lo menos hasta que las provincias terminen de adherir al plan oficial y se comprometan a no requerir a los inversores la demostración de las fuentes de esos ingresos. O que eximan a esos consumos e inversiones del cobro de Ingresos Brutos.
La provincia de Buenos Aires es clave para este proceso; y por ahora está muy lejos un acuerdo entre la Casa Rosada y Axel Kicillof.
Por otra parte, el Gobierno debería acelerar el envío al Congreso del proyecto de ley para asegurar el blindaje a los inversores para los próximos años.
Por ahora, el Gobierno asegura que puede mantener la estabilidad del dólar. Es la clave para las próximas semanas. De eso depende que la inflación siga hacia abajo. Y llegar con las mayores chances a las elecciones de septiembre, en Buenos Aires, y a las generales de octubre.