En medio de un escenario económico volátil y revolucionado por las diferentes medidas que se están tomando, el Gobierno enfrenta presiones contrapuestas por parte del campo y de la industria. En este contexto, este medio se comunicó con el periodista de Editorial Perfil, Ariel Maciel. “Son dos mundos distintos, y hoy ninguno tiene un canal de diálogo efectivo con el Ejecutivo”, advirtió.
Presión del Gobierno hacia el campo para liquidar
Ariel Maciel analizó el mensaje implícito del Gobierno al participar en el acto del “primer lote de soja” de la temporada: “La presencia del equipo económico en ese evento fue leída como un gesto para decirles a los agroexportadores: ‘muchachos, liquiden’. Pero lo que se está viendo es una baja predisposición del campo a vender”.
“El Gobierno les dice que hay buenas tasas en pesos, que se van a terminar las retenciones, que aprovechen la ventana financiera. Pero el tipo de cambio actual no les cierra”, explicó. “El campo mira dos cosas, cuánto vale el grano y cuánto vale el dólar. Si no cierran, no liquidan”, agregó.
La obligación de liquidar ante el pago de deudas
Según Maciel, los productores actúan con lógica. “Saben que si todos liquidan juntos, el dólar baja. Entonces esperan. Es un juego de ajedrez. Además, tienen márgenes muy ajustados y deudas que cubrir. Hay poca estrategia, simplemente no se puede esperar mucho más”, comentó.
Y agregó: “El campo va a tener que vender sí o sí, porque los costos en dólares suben y viene la época de siembra. Hay compromisos que cumplir con proveedores, semillas, agroquímicos. No hay margen para esperar indefinidamente”.
Cuál es la situación de los industriales
Mientras tanto, la industria argentina atraviesa su propio dilema. “Del otro lado del mostrador, los industriales piden que se frene la apertura indiscriminada de importaciones. Dicen: ‘nos dicen que exportemos, pero abren todo para que compita contra nosotros sin condiciones’”, señaló el periodista.
Luego citó a empresarios metalúrgicos y fabricantes de maquinaria que advierten: “Hoy están llegando desde ascensores hasta quirófanos completos desarmados. Productos que antes fabricaban acá ahora los traen las mismas empresas como importadores. No se quieren fundir como en los 90. Entonces se reconvierten”.