Con el cierre de la campaña 2023/24, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) difundió el ranking de las diez principales empresas exportadoras de granos y subproductos en Argentina, elaborado a partir de los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE). Estos datos permiten identificar tanto los volúmenes despachados por cultivo como las compañías que lideraron las exportaciones durante el ciclo.
Según el informe, el total exportado en el período alcanzó las 89,82 millones de toneladas de granos y subproductos. Este volumen comprende los principales cultivos del país, entre ellos soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada, además de sus derivados industriales.
La empresa Viterra encabezó el listado con 13,55 millones de toneladas declaradas en el sistema DJVE. Le siguió Cargill, con 11,37 millones de toneladas, y en tercer lugar se ubicó COFCO, que anotó 10,35 millones. En conjunto, estas tres firmas concentraron cerca del 39% de las exportaciones totales del sector agroindustrial durante la campaña, de acuerdo con los datos relevados por la entidad.
El resto del ranking se completó con Bunge, que exportó 8,72 millones de toneladas; AGD, con 8,65 millones; y Louis Dreyfus Company (LDC), con 8,57 millones. Más abajo se posicionaron ADM, con 8,04 millones de toneladas; la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), con 5,65 millones; Molinos Agro, con 5,15 millones; y CHS, que cerró el top diez con 1,37 millones de toneladas registradas.
Rendimiento por cultivos
En el análisis por cultivos, el informe destacó el rendimiento del complejo soja, que alcanzó los 40,88 millones de toneladas entre granos, harinas y aceites. Esta cifra representa un incremento del 29% en relación con el promedio de las últimas tres campañas, lo que marca una recuperación del complejo oleaginoso tras los registros más bajos del ciclo anterior. Por su parte, el maíz sumó 37,86 millones de toneladas declaradas, superando en un 16% el promedio trianual. Esta suba está asociada a una mejor campaña en términos productivos, con mayores disponibilidades para exportación respecto a períodos anteriores.
En contraste, el trigo presentó una caída significativa. Solo se registraron 3,62 millones de toneladas exportadas, lo que implicó un retroceso del 61% en comparación con el ciclo previo y una baja del 70% frente al promedio de las últimas tres campañas. La merma se vinculó con el impacto de la sequía sobre la producción 2022/23, sumado al efecto de declaraciones «rolleadas» de campañas anteriores, que distorsionaron parcialmente los datos de exportación efectiva.
La cebada mantuvo un desempeño estable, con 3,83 millones de toneladas registradas, mientras que el girasol mostró una suba, alcanzando 2,37 millones de toneladas, producto de una campaña con mayor disponibilidad exportable. El sorgo, en tanto, totalizó 1,26 millones de toneladas, cifra que, si bien representa un repunte frente al ciclo anterior, aún se encuentra por debajo del promedio de las últimas tres campañas.
En paralelo al cierre del ciclo 2023/24, el informe de la BCR incluyó un apartado sobre el arranque de la campaña 2024/25, centrado en el ritmo de las ventas anticipadas. Según los datos relevados, la proporción de operaciones anticipadas se encuentra en el nivel más bajo de las últimas cinco campañas. Esta tendencia marca un cambio respecto a ciclos previos, donde las empresas inscribían DJVE con mayor antelación al inicio formal de las cosechas.
Los motivos
El informe atribuyó este comportamiento a diversos factores, entre ellos la modificación del contexto macroeconómico, la eliminación de los cupos de exportación y nuevas estrategias comerciales adoptadas por las firmas exportadoras. Las condiciones financieras también incidieron en esta dinámica: «Más allá del costo financiero que implica un anote anticipado de DJVE, dejaron de regir los cupos de exportación que implicaban grandes distorsiones en el mercado de granos y una necesidad de asegurar cupos por parte de las empresas más allá de las decisiones en base al negocio», explicó el reporte.
En términos operativos, la dinámica de ventas anticipadas varía según el cultivo. El ciclo comercial de trigo y cebada inicia en diciembre; el de girasol, en enero; maíz y sorgo comienzan en marzo, mientras que la soja inicia en abril. En general, los registros de DJVE se incrementan a medida que se acerca cada cosecha, con predominio de los embarques cercanos al momento de la recolección.
La Bolsa de Comercio de Rosario concluyó que «los cambios en el contexto macroeconómico y de regulación terminan generando cambios en los incentivos y estrategias comerciales», lo que estaría motivando un enfoque más prudente por parte de las empresas exportadoras en el comienzo del nuevo ciclo.