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Opiniones sobre el fin del mundo. Milei al Fondo aire o inestabilidad?

Opiniones sobre el fin del mundo es una columna que busca dar cuenta de lo que reflejan algunas de las notas de opinión dominicales de los medios masivos de comunicación y otras nuevas plataformas. Obviamente, por el medio donde se publica esta pieza, busca entender la realidad y a la vez proponer ideas para transformarla mediante políticas socialistas.

Con un ritmo vertiginoso culminó una semana clave para el gobierno. Donde, tal vez, se puede afirmar que ganó algo de aire, pero sin despejar ningún conflicto que apremia a la gestión de Milei. En los nuevos tiempos todo es más dinámico. Mientras hace un par de meses algunos hablaban de la conformación de una “hegemonía” libertaria, se vive una nueva negociación con el FMI para que La Libertad Avanza pueda recibir una inyección de dólares que le permita llegar a las elecciones de octubre. Con contradicciones y sin alternativa, el régimen se muestra en una fase decadente. Incógnita devaluatoria en medio de un calendario donde la calle no descansa.

Viernes, lunes, martes y miércoles negro

Hacienda, como se denomina al Ministerio de Economía, vivió momentos tensos en poco menos de una semana. La razón, una corrida que no fue blanqueada por el gobierno, pero que, según diversas fuentes, costó más de U$S 1.000 millones de dólares de las reservas para sostener el precio del tipo de cambio.

En los siguientes elementos marcados por José del Río, se pueden encontrar los motivos del comportamiento que provocó la fuga de algunos jugadores del capital financiero: “El vuelco del mercado se dio en medio de las gestiones para cerrar el nuevo programa con el Fondo -que tiene una historia bien marcada de idas y vueltas con la Argentina en la cuestión cambiaria- y después de que el ministro de Economía evitara, en dos apariciones públicas, confirmar si se mantendrá o no la estrategia actual con el dólar, que apunta a mantenerlo muy estabilizado para propiciar un descenso mayor de la inflación. Esto en un contexto en el que -tal como indicó Javier Blanco en LA NACION- se habían multiplicado las apuestas mayoritariamente de corto plazo al denominado carry trade (hacer colocaciones en pesos para multiplicarlos y pasarlos a dólares luego) y en momentos en que quienes tienen que demandar divisas anticiparon sus compras y quienes tienen que liquidarlas postergan sus ventas”[i].

Lo que explica el columnista de La Nación es lo que también toma como fundamento de lo ocurrido Ricardo Aronskind desde un ángulo más cercano a la heterodoxia. Sostiene que: “La estabilidad cambiaria está basada en una oferta de dólares artificial, generada por el gobierno a partir de un gran negocio financiero de corto plazo, el ya conocido carry trade. No es la primera vez que se hace en nuestro país, y siempre salió mal. Es un parche de corto plazo.

Más allá de lo que opinemos, lo cierto es que el carry está sujeto a dos reglas inflexibles:

  • El resultado final del negocio financiero sólo se define cuando se venden los activos en pesos en los que están colocados los fondos, y se vuelve al dólar; y
  • El que sale antes de que el tipo de cambio sufra una devaluación, porque el esquema es insostenible, tiene mucho menos riesgo de perder plata que otro que se queda más tiempo –arriesgándose a un final inevitable– porque quiere ganar más”[ii].

En síntesis, para poner en orden las ideas expuestas, el gobierno está ante el fin del ciclo de la bicicleta financiera que tanto promovió. El desenlace deeste fenómeno descripto, todavía cuenta con más capítulos que veremos en las próximas semanas. Más que nada porque el desarme de los especuladores aún no terminó. Y esto es algo a lo que Caputo y Milei prestan gran atención. La salida de estos mismos de algunos instrumentos de corto plazo en pesos, puede significar una gran demanda de dólares, en un momento donde las reservas netas siguen profundizando su saldo negativo.

Por eso, más allá del DNU que fue blindado por el Congreso y habilita al Ejecutivo a cerrar un nuevo acuerdo para sumar dólares frescos, lo que apremia es el tiempo para contener el ciclo expuesto más arriba. Horacio Rovelli sostiene en esta dirección: “El otro problema es el tiempo que va a llevar que ingresen los dólares del FMI, que por menor que sea, las exiguas reservas del BCRA no pueden afrontar. El gobierno quiere que los nuevos dólares del FMI engrosen las reservas para usarlos discrecionalmente en un año electoral, por lo que existe el riesgo de que esta nueva deuda con el FMI termine subsidiando el dólar barato y la salida del negocio del carry trade. Pero más temprano que tarde, el carry trade no va a ser lo que fue, por un lado, y, por otra parte, acelera el proceso de conversión de los títulos de deuda, que este gobierno en 14 meses amplió en 100.476 millones de dólares en patrimonio público”[iii]. El panorama no es para nada alentador en las filas libertarias más allá de que quieran mostrar algo distinto.

Vale tomar nota de otro ciclo que se va a abrir conjuntamente con la nueva toma de deuda con el Fondo. Tal como explica Zaiat: La escasez de reservas, la ampliación del desequilibrio de la cuenta corriente y la necesidad de mantener controles e intervenciones para mantener contenidos los dólares financieros se explican en buena medida por la apreciación cambiaria. La exigencia de otro ajuste de la paridad reduce nuevamente los salarios reales, disminuye la demanda doméstica, la tasa de inflación aumenta y la economía vuelve a caer en recesión, incluso de forma más profunda que la anterior. No hay programa económico acordado con el Fondo Monetario Internacional con desembolsos de miles de millones de dólares que no incluya esta receta de ajuste regresivo”[iv]. Vamos entonces, según Zaiat, a un nuevo ciclo de ajuste o, en realidad, a la continuidad del mismo con el que inició Milei al asumir.

Antes de culminar con la vidriera de la discusión económica de la coyuntura, vale recalcar que esta crisis pone en debate las salidas. El rol de la banca privada, centralmente, es algo que no puede desconocerse ante el saqueo que se vive en el país. La nacionalización de la misma y la utilización de los recursos locales bajo una supervisión de los trabajadores, técnicos y usuarios del mismo sistema puede ser la solución para que las reservas dejen de ser la garantía de la ganancia realizada de algunos timberos y sí los fundamentos para suplir las necesidades de las mayorías.

Un triunfo que no alcanza para ningún campeonato

Las mayorías de las líneas escritas por los editorialistas de la prensa ligada al régimen del país demuestran el carácter pírrico de lo que Milei obtuvo en el Congreso y también en la calle.

Por otra parte, tomando el último aspecto mencionado, Jorge Liotti expresa que: “se logró con una reconfiguración del operativo de seguridad para la protesta del miércoles. Más allá del discurso público, hubo una admisión interna de que no podían permitirse nuevamente escenas de caos y descontrol. Por eso se coordinó una reunión el viernes pasado para hacer un balance y replanteo, y otro encuentro el martes para pulir el nuevo procedimiento. Hubo muchos cambios entre una semana y la otra, desde la decisión de limitar el acceso a la plaza del Congreso hasta la disposición de los efectivos detrás de las vallas para evitar un cara a cara con los manifestantes”[v]. El cambio de paisaje de Plaza Congreso, sin embargo, no es sólo resultado de una nueva toma de riendas de la calle, sino de costos para el gobierno. En el mismo medio, La Nación, Martín Rodríguez Yebra explica: “El diseño del operativo policial contó con la participación de nuevos actores, en especial Santiago Caputo y el número dos de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Diego Kravetz. A la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, después de que Milei la ensalzó en público, se le pidió prudencia. Se llamó a silencio desde el miércoles en adelante”[vi]. Sintetizando, pero no simplificando, queda a la luz que la represión del miércoles tuvo un costo altísimo. A tal punto que, en parte, la violencia física, el miércoles pasado, no pudo ser instrumento educativo para el inicio de un nuevo proceso de endeudamiento.

Volviendo al Congreso y lo conquistado por Milei, nos referimos al blindaje que le da la posibilidad de acordar con el FMI un nuevo endeudamiento. Sin embargo, más allá de las contradicciones que refleja el mismo y las pulsiones devaluatorias señaladas más arriba, lo conseguido por el gobierno se puede sintetizar en las siguientes líneas de Ricardo Kirschbaum: “El acuerdo con el FMI saldrá, no hay dudas. Su contenido aún es una incógnita, sobre todo en el capítulo cambiario y si habrá o no fondos frescos. Se supone que Donald Trump no dejará colgado de la brocha a su más entusiasta y vocinglero aliado externo”[vii]. Lo del jefe de Milei, nos referimos a Trump, aún está por verse. Debe ser, además, de todos los últimos yerros propios del gobierno, la peor ayuda que recibió hasta el momento por los cambios que está produciendo en el mundo a pesar de los deseos de los libertarios para que vuelva a la Casa Blanca.

“¿Por qué no investigar? ¿Por qué no suspender el pago hasta tanto se pueda resolver democráticamente a través de una consulta o plebiscito vinculante qué hacer? ¿Por qué no invertir mientras tanto, todos esos recursos destinados al FMI a la reactivación económica real?”[viii]. Estos interrogantes, planteados por Mariano Rosa en polémica con el progresismo, para ver qué hacer con el FMI, no fueron expuestos por ninguna variante de la casta que apoyo o crítico sólo discursivamente el nuevo episodio con el Fondo.

La decisión de Milei, de que la economía la digiten unos burócratas, algo que decía odiar, pero ocurre y se va a profundizar, no sólo tendrá como damnificados a los jubilados que hoy se ubican en primera línea. Si no, como lo detalla Diego Genoud, también tendrá como víctima a los jóvenes. En su nota en El Destape advierte: “Según la Encuesta Permanente de Hogares, 2024 cerró con una tasa de desempleo de 6,4%. Pero si se divide por franja etaria, se advierte un salto en la desocupación juvenil. Si entre las personas que tienen entre 30 y 64 años el desempleo fue de 4,5%, entre los jóvenes de entre 14 y 29 años escaló al 13,1%. La desocupación en las nuevas generaciones que apostaron a Milei triplica a la de los adultos. Si se hace una comparación internacional y se mide a los que tienen entre 15 y 24 años, tal como lo define la OIT, el desempleo de los jóvenes en Argentina fue todavía mayor: 19,4%, una cifra bastante más alta que la tasa de desempleo juvenil global que la OIT registró en 13,6% en 2024 en América Latina y El Caribe”[ix].

Es esta realidad es la que, a pocas horas, sumado al carácter negacionista del gobierno mileista, puede provocar un 24 de marzo histórico. Donde las calles reclamen por la memoria de los desaparecidos y, además, las banderas que se levantaron. El rechazo contra el FMI, sera una de ellas.

Las calles, sumarán más sucesos, entre ellos un nuevo paro general a pesar de la dirigencia de la CGT que se preocupa más por negociar con el gobierno, que poner la resistencia en la calle a pesar del desempleo reflejado que se instala en el país. Será en este escenario, que ya provoca cambios, que se cerrará la suerte del plan libertario.


[i]Dólar, FMI y encuestas. El delicado equilibrio que desafía a Javier Milei. José Del Río – La Nación (23-3-2025)

[ii]No llegan. Ricardo Aronskind – El Cohete a la Luna (23-3-2025)

[iii]El espurio acuerdo. Horacio Rovelli – El Cohete a la Luna (23-3-2025)

[iv]Dólares del FMI: ¿estabilización o vía libre a la fuga?. Alfredo Zaiat – El Destape (23-3-2025)

[v]Las encrucijadas de Milei. Alivio en el desfiladero de las acechanzas. Jorge Liotti – La Nación (23-3-2025)

[vi]El milagro de Milei ante la prueba de la realidad. Martín Rodríguez Yebra – La Nación (23-3-2025)

[vii]Milei recupera el pulso; Cristina y el “Braden o Perón”; cuenta regresiva en la Corte. Ricardo Kirschbaum – Clarín (23-3-2025)

[viii]Polémica con Grabois. Para que sea humana tiene que ser socialista. Mariano Rosa – Periodismo de Izquierda (16-03-2025)

[ix]El Fondo, la casta de la deuda y el negocio de sostener a Milei. Diego Genoud – El Destape (23-3-2025)

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