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Lula reclamó a Estados Unidos por trato denigrante a migrantes y Trump escala la tensión con Colombia

BELO HORIZONTE.- En un primer cruce tras la asunción de Donald Trump, el gobierno de Brasil reclamó a Estados Unidos por malos tratos a migrantes que fueron deportados tras ser arrestados por permanecer en el país de forma ilegal. Según el pedido de explicaciones oficial que enviará la gestión de Lula Da Silva, los oficiales tuvieron un “trato denigrante” con 88 personas que habían sido expulsadas del país, a quienes llegaron a atar dentro del avión que los llevaba de vuelta a su nación de origen.

En paralelo, el presidente de Colombia rechazó dos vuelos militares con migrantes deportados de Estados Unidos y Donald Trump anunció severas sanciones contra “el gobierno socialista” de Gustavo Petro.

El gobierno brasileño pide a la gestión del republicano explicaciones acerca de lo sucedido con los pasajeros que llegaron el último viernes a Manaos, Amazonas, en un vuelo procedente de Estados Unidos. Los deportados tuvieron que pasar una noche y un día en el aeropuerto, a la espera de que se confirmaran los papeles necesarios para su ingreso a Brasil. Finalmente, desde el Ministerio de Justicia se ordenó que una aeronave de la Fuerza Aérea brasileña asumiera el traslado a su destino final, que era la ciudad de Belo Horizonte.

Los inmigrantes brasileños que fueron deportados de Estados Unidos

“El ministro Mauro Vieira se reunió esta tarde en Manaos con el delegado Sávio Pinzón, superintendente interino de la Policía Federal en Amazonas, y el brigadier mayor Ramiro Pinheiro, comandante del 7º Comando Aéreo Regional”, informó el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil a través de una publicación en X, donde se destacó: “En la reunión se informó detalladamente sobre los incidentes ocurridos en el aeropuerto Eduardo Gomes que involucraron a ciudadanos brasileños transportados en un vuelo de deportación del gobierno estadounidense”.

Así, se anticipó que esa reunión servirá para “respaldar el pedido de explicaciones al gobierno norteamericano sobre el trato degradante dado a los pasajeros del vuelo”.

Desde Cancillería publicaron un comunicado en el que detallaron el uso de esposas y cadenas sobre los deportados y el “mal estado” de la aeronave (que tenía un “sistema de aire acondicionado defectuoso”. A su vez, expresaron que se mantienen “atentos a los cambios en las políticas migratorias en ese país, a fin de garantizar la protección, seguridad y dignidad de los brasileños que allí residen”.

El Ministerio de Justicia, en tanto, ordenó la “inmediata retirada de las esposas” a los expulsados cuando el avión llegó a Brasil y repudió el “flagrante desprecio a los derechos fundamentales” de sus ciudadanos, según informaron en un comunicado oficial. Además, enfatizaron en que “la dignidad de la persona humana” es “uno de los pilares del estado democrático de derecho” y configura “valores innegociables”.

Tras la asunción de Trump se complica el ingreso de inmigrantes a Estados Unidos.Getty Ima

En el avión no nos daban agua, íbamos atados de pies y manos, ni nos dejaban pasar al baño”, dijo a la agencia AFP Edgar Da Silva Moura, un técnico informático de 31 años que llegó deportado en el vuelo tras pasar siete meses detenido en Estados Unidos. “Hacía demasiado calor, algunas personas se desmayaron”, agregó.

En esta misma línea, Luis Antonio Rodrigues Santos, un joven de 21 años, relató la “pesadilla” de personas con “problemas respiratorios” que pasaron “cuatro horas sin aire acondicionado” por problemas técnicos, que también afectaron “una turbina que no estaría funcionando”. “Las cosas ya cambiaron [con Trump], los inmigrantes son tratados como criminales”, dijo.

Por su parte, la ministra brasileña de Derechos Humanos, Macaé Evaristo, dijo a los medios de comunicación que en la aeronave también viajaban “niños con autismo y otras discapacidades que pasaron por situaciones muy graves”. “Nuestra posición es que los países pueden tener sus políticas de inmigración, pero nunca podemos faltarle el respeto a los derechos humanos”, marcó y le dio la bienvenida a los brasileños.

El pasado lunes 20 de enero, Donald Trump asumió por segunda vez el cargo de presidente de Estados Unidos y firmó una serie de decretos ejecutivos, que incluyen órdenes directas contra la inmigración. Entre otras cosas, los documentos incluyen la deportación masiva, el despliegue de tropas en la frontera con México y el arresto de 538 personas que se encontraban en “situación irregular”. Tras esto, el gobierno estadounidense deportó a 265 personas hacia Guatemala.

Durante su campaña, Trump se refirió a los inmigrantes ilegales como “salvajes”, “animales” y “criminales”, y prometió “la mayor campaña de deportaciones de la historia de Estados Unidos”, en donde viven cerca de 11 millones de personas en situación irregular.

Tom Homan, funcionario trumpista que estará a cargo de las políticas migratorias del nuevo gobierno, dijo que los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, según sus siglas en inglés) ya comenzaron la búsqueda de los inmigrantes con antecedentes penales. Asimismo, afirmó que el primer foco serían las “amenazas a la seguridad pública”, pero que los planes de la nueva administración tenían como objetivo reducir la inmigración ilegal y la llegada de refugiados al país.

En la misma línea que Brasil, con duras acusaciones contra la nueva administración, Colombia rechazó el domingo el ingreso al país de dos aviones militares estadounidenses con personas deportadas.

El presidente colombiano Gustavo Petro condenó la práctica, sugiriendo que se trataba a los migrantes como criminales. En una publicación en la plataforma X, el mandatario escribió que Colombia daría la bienvenida a los migrantes deportados en aviones civiles, y agregó que deberían ser tratados con dignidad y respeto.

“Estados Unidos no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos”, dijo Petro en X, tras señalar que en su país hay al menos 15,660 estadounidenses sin un estatus migratorio irregular.

La decisión de Colombia sigue a otra similar en México, que también rechazó una solicitud la semana pasada para permitir que un avión militar estadounidense aterrizara con migrantes en su territorio.

Los comentarios de Petro se suman al creciente descontento en América Latina a la medida adoptada por la administración de Trump, que lleva una semana en el poder, que comienza a movilizarse para realizar deportaciones masivas.

Agencia AFP

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