Zagreb, 9 ene (EFE).- El Gobierno del ente serbio de Bosnia-Herzegovina, uno de los dos que forma el país, ha anunciado que espera proclamar su independencia en cuanto reciba la «luz verde» del presidente electo de EEUU, Donald Trump.
«El santo deber de la República Srpska es salir de Bosnia-Herzegovina. Ya es tarde para cualquier acuerdo. Aguantaremos algún tiempo más», declaró el líder serbobosnio, Milorad Dodik, con motivo de la celebración este jueves del «día nacional» que esta entidad celebra pese a haber sido ilegalizado por la justicia del país.
«Estamos ya en contacto con su gente (de Trump) para explicarles cuán errónea ha sido la política de los (dirigentes del partido) demócratas en Bosnia-Herzegovina”, explicó Dodik en una entrevista que dio el miércoles, ya que por enfermedad no ha podido asistir al desfile de hoy.
Añadió que para proclamar la independencia del ente serbio, que junto al común de musulmanes y croatas conforma desde 1995 Bosnia-Herzegovina, necesita únicamente que Trump diga: «Eso es cosa vuestra, a nosotros no nos importa».
Dodik lleva años amenazando con separar a la República Srpska de Bosnia-Herzegovina y unirla a Serbia, cuyas banderas cubren este jueves, junto a las propias, las calles y las instituciones de Banja Luka, la capital de facto.
EEUU ha apoyado hasta ahora decididamente la soberanía y la integridad territorial de Bosnia-Herzegovina y ha condenado el secesionismo de Dodik, que, junto a otros miembros de su Gobierno, está sancionado por Washington.
La Embajada de EEUU condenó enérgicamente el miércoles el festejo del ilegal «día nacional» de la República Srpska (RS).
El Tribunal Constitucional bosnio ha declarado en tres veces como inconstitucional la celebración del 9 de enero como día nacional, al entender que es discriminatorio para las demás etnias de la RS y de Bosnia.
Para los musulmanes y croatas de Bosnia-Herzegovina, el 9 de enero de 1992 comenzó la limpieza étnica en los territorios que los serbobosnios reclamaban como propios, según ha acreditado el Tribunal penal internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
Los líderes serbobosnio que crearon la RS en 1992 han sido condenados por genocidio y crímenes de guerra por la Justicia internacional, aunque en ese territorio se les admira y se niegan o relativizan sus crímenes.
Serbia ha enviado una delegación oficial presidida por el primer ministro, Milos Vucevic, algo que ha provocado las quejas de las autoridades centrales de Bosnia-Herzegovina.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ha condenado este jueves la celebración y, especialmente, la glorificación de los criminales de guerra en la misma, y ha pedido que se investigue y juzgue a los responsables.EFE